viernes, 15 de junio de 2012

Nueva Economía - ¿Quiénes y cómo empezar a compartir?

Es evidente que cuando analizamos la posibilidad de la existencia de un nuevo sistema, uno basado en “compartir”, nos comenzaremos a preguntar quiénes tienen que cambiar y cómo.
Desde el pensamiento más simple, uno puede elegir ciertos grupos o individuos, focalizándonos en los que detentan el poder en cada sociedad podremos decir que: (i) sí los países centrales como EE.UU. o algunos de Europa, Rusia, Japón y otros a través de sus gobernantes no impulsan el cambio, el mismo no será posible; (ii) sí del otro extremo productivo, China no acepta cambiar para dejar de competir ferozmente con costos laborales muy bajos, el mismo no será posible; (iii) sí en cada país los políticos o gobernantes no impulsan un cambio, no será posible; (iv) sí los hombres y mujeres económicamente más poderosos de los países más poderosos a través de sí mismos o a través de las corporaciones que manejan no participan  en el cambio, el mismo no será posible.
En los próximos párrafos y aunque cada oración requiere de un libro entero para ser explicada en su totalidad, hay algunos pensamientos acerca de cómo empezar, que vamos a ir exponiendo y ampliando poco a poco por su gran complejidad.
Si bien lo dicho en el segundo párrafo parece simple de expresar, es sumamente difícil de poner en práctica, no imposible. La mejor forma de implementar un sistema basado en compartir sería llamar a los Presidentes y ministros de todos los países para que coordinen áreas en donde cada país tenga excedentes exportables y déficit de importación; el segundo punto sería fijar un valor para los bienes exportables, pero que sea compensado no con divisas, sino primero con bienes importados y luego con pagos internos a las compañías. Una parte del saldo exportable de alimentos tiene que ir a cubrir necesidades urgentes del planeta y ser contribución de los países más desarrollados hacia los menos desarrollados. Entre las prioridades de un sistema basado en compartir está primero la atención de los países cuyos habitantes sufren hambre (como algunos países de África, Asia y América Central); para ello además de aportes de saldos exportables de alimentos (la parte de urgencias que tienes que ser suficiente generosa), cada país tiene que presentar un plan con su potencial de producción de alimentos y cómo lograrlo.
Como un segundo paso, un sistema basado en compartir debe amparar las formas cooperativas de producción e aquí el segundo punto de conflicto, ya que las empresas hoy en su mayoría pertenecen a otras compañías, a compañías con cotización pública y/o tienen cotización pública de sus acciones o de sus deudas en bonos. Nuevamente, sí EE.UU. no transforma la propiedad privada de las empresas en una parte al menos de propiedad cooperativa, seguido por Europa, China (este último con el menor problema para la transformación por venir de un sistema mixto comunismo/capital como el actual para los chinos), Japón, el resto del mundo no tendrá ni siquiera un atisbo de éxito futuro. El primer paso sería cooperativizar parte (al menos una pequeña) del capital social.
Como un tercer paso podemos mencionar la propiedad de la tierra, quizás el punto más conflictivo, ya que en un sistema basado en compartir la propiedad de la tierra tiene que ser colectiva, aunque el mundo está lejano de aceptar esto, se pueden en algunas décadas morijerar sus formas. Para volver la propiedad colectiva, podemos imaginarla como un sistema mixto entre habitantes de determinada zona, más dueños actuales, más gobernantes de turno, con profesionalización del asesoramiento técnico. En un sistema como este, el lugar que hoy ocupan algunas multinacionales relacionada con la genética agrícola debería ir siendo ocupado paulatinamente por organismos técnicos gubernamentales y organismos de acopio y estudios para la mejora genética; fundamentalmente volcándose a una explotación sustentable y sana para el planeta.
Un cuarto paso para la implementación de un sistema basado en compartir podría estar dado por la transformación gradual de toda matriz productiva que actualmente genere bienes perjudiciales para el medioambiente; lo cual es un objetivo monumental, pero que debe ser afrontado en todos los aspectos. Por ejemplo, comenzando con la instalación de centrales de producción de energía eléctrica que no perjudiquen al medioambiente, en reemplazo de las centrales atómicas (que aunque parezca poco creíble, viniendo de quien escribe esto, son altamente perjudiciales para la humanidad) y luego las térmicas que utilicen recursos no renovables como gas, carbón o derivados del petróleo. Otro ejemplo sería favorecer tecnologías que disminuyan la emisión de gases como el monóxido de carbono, y en un mediano/largo plazo directamente reemplazarlos por tecnologías limpias. Todo esto, requiere un acuerdo internacional amplio con metas que se cumplan año a año.
Un paso a evaluar también, sería la transformación del mercado laboral tal como es visto actualmente. A fin de sintetizar este punto, podemos decir lo siguiente: la producción de bienes y servicios puede ser efectuada aún con menos gente que la actual, con lo cual parecería que la tendencia es al desempleo o hacia el empleo informal por desplazamiento; pero para combatir esto la única forma de hacerlo es que en el mundo se acuerde cuántos días al año deben trabajar cada trabajador (con algunas variaciones menores según el área), incrementándose notablemente la cantidad de vacaciones que tiene cada persona, pasando a ocupar parte del mayor tiempo libre en actividades “humanitarias” y de esparcimiento físico, mental o espiritual. Otra vez, esto tiene que ser coordinado mundialmente, para que sea puesto en práctica por los países centrales primero y seguido por el resto. En este aspecto, tienen que ser evaluados también los sistemas actuales de seguridad social para las personas mayores de edad, favoreciéndolos de modo de generar una sociedad global que cuide a sus mayores.

Otro tema muy importante es moderar o estabilizar el crecimiento poblacional. Es fundamental para que todos podamos compartir, que existe planificación familiar en todos los segmentos económicos. Ya que, al principio un nuevo sistema tiene mucho por invertir en infraestructura y servicios. Actualmente, el crecimiento poblacional en el mediano plazo presiona gastos en educación, salud, justicia, inseguridad, etc., porque a una parte importante de la población no se le puede otorgar la cantidad de oportunidades necesarias. Las únicas formas que segmentos socioeconómicamente bajos tienen para cooperar en un nuevo sistema es tener menos hijos y aportar orden social para que el nuevo sistema pueda ser construido.
… ¿Se nota que cada oración requiere un libro? No obstante, por algún lugar debemos empezar a cambiar y no sólo en lo mencionado, sino en la creación en su totalidad de una nueva sociedad, que busque la evolución del hombre como ser espiritual; ya que ese es uno de los fines de la humanidad… Seguramente alguna ayuda divina recibiremos para esto, que aunque parezca una fantasía, la misma está muy cerca... La humanidad tiene que ver con el amor y con la evolución; y cuando se comprenda al menos en una pequeña porción por qué Dios es amor, la luz nos hará avanzar más rápido.