jueves, 15 de marzo de 2012

Acerca de las crisis modernas

“La crisis en puerta y el preludio de un cambio”
Cuando en los diarios se lee acerca de la crisis de países como Grecia, Portugal, España o Italia, vemos que en muchos países de Europa se han producido cambios en las últimas elecciones. Lugares donde los gobiernos eran con mayor tendencia de izquierda perdieron ante otros con más tendencia de derecha y lugares con más tendencia de derecha han cedido a otros con más tendencias de izquierda. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué la gente al elegir vislumbra una solución en un país que no se corresponden con lo que hace un país vecino?
La primera explicación que podemos argüir es respecto de la necesidad de cambio, visualizando lo opuesto como algo nuevo y mejor.
Sin embargo, el tema es más profundo y hasta de carácter mundial. Con la economía vista desde la óptica capitalista siempre habrá épocas de bonanza y crisis, pero con cada crisis se producen desplazamiento de personas que estaban en una posición social hacia otra de menor nivel. Esto no implica que algunos países individualmente mejoren, caso Alemania por ser una locomotora industrial europea, caso China por ser una especie de capitalismo de estado en donde la tremenda escala que puede tener su industria por población (mercado), territorio y mano de obra barata favorece cualquiera de su producto/industria, caso India o caso Brasil, etc. A su vez, con más de 200 años de capitalismo aún quedan grandes bolsones de pobreza y muchos problemas graves por solucionar.
Hoy muchas personas se preguntan si los sofisticados sistemas bursátiles del mundo son tan necesarios, si los sistemas financieras funcionan correctamente y son necesarios de la actual manera en que funcionan. Luego de la crisis del 2008 muchos banqueros parecían tambalear y hoy algunos son más ricos que antes, esto es tal vez algo que motivó la indignación, pero también una señal de la necesidad de cambio. Lo mismo sucede con la primavera árabe vista desde la óptica política que finalmente muestra el deseo de una mejora social y económica de estos países. Las señales son más evidentes, la fuerza mundial que puja por algo nuevo se hace notar cada vez más.
A efectos de sintetizar, crisis vendrán y seguirán, ya que hasta que en el mundo, empezando por EE.UU., no se cambié el sistema por otro signado por la premisa de "Compartir", siempre estaremos atados a estos tipos de ajustes, que la pobreza se incremente medida en el largo plazo y que se incremente la brecha entre ricos y pobres. Aunque observamos modos de vida y producción diferenciados: el occidental guiado por EE.UU. y algunos países europeos, Asia y Oceanía; China signada políticamente como comunismo y económicamente como un capitalismo público y privado; intentos capitalistas con instituciones democráticas no afianzadas como en algunos países de Europa del Este; socialismos que ven en peligro parte de su estado de estado de bienestar, como el caso de los países nórdicos de Europa; intentos socialistas con sesgo nacional y social como sistemas “luchadores” que tratan de imponerse, como podría ser los casos de Venezuela y quizás Argentina; países que poco a poco se han ajustado al sistema capitalista y tratan de mejorar sin tocar el sistema, como México, Brasil, etc.; el de algunos países árabes y asiáticos guiados aún con sistemas dictatoriales o monárquicos; los casos de muchos países africanos que transitan en una permanente inestabilidad; etc. Sin embargo, todos estos sistemas y países tienen en común algo: la visión de que para mejorar hay que competir dentro de un mundo globalizado. Si no cambiamos nuestra óptica, nunca cambiaremos.
Pero cómo cambiar cuando quienes tienen el poder piensan que así estamos bien. Sólo hay una manera: Vernos como uno, un mundo, hermanados, siendo consciente de que la necesidad de muchos que están realmente en condiciones de pobreza es el parámetro con el cual hay que actuar de urgencia. Este es el primer paso, luego tienen que seguir muchos más.
Sin compartir no puede haber justicia (social), sin justicia no puede haber paz (social) y sin paz no puede haber futuro...Algunos lugares donde se habla del tema: www.share-es.org http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com/
Martín Pereira

Una elección espiritual con tinte económica y social

Una elección espiritual con tinte económica y social
Visto desde un lugar muy elevado, podríamos decir que la humanidad está estancada en un sistema de convivencia que no le permite evolucionar espiritualmente. Actualmente, nos encontramos con que el capitalismo ha ganado la batalla como sistema económico imperante en el mundo. Observamos modos de vida y producción diferenciados: el occidental guiado por EE.UU. y algunos países europeos, Asia y Oceanía; China signada políticamente como comunismo y económicamente como un capitalismo público y privado; intentos capitalistas con instituciones democráticas no afianzadas como en algunos países de Europa del Este; socialismos que ven en peligro parte de su estado de estado de bienestar, como el caso de los países nórdicos de Europa; intentos socialistas con sesgo nacional y social como sistemas “luchadores” que tratan de imponerse, como podría ser los casos de Venezuela y quizás Argentina; países que poco a poco se han ajustado al sistema capitalista y tratan de mejorar sin tocar el sistema, como México, Brasil, etc.; el de algunos países árabes y asiáticos guiados aún con sistemas dictatoriales o monárquicos; los casos de muchos países africanos que transitan en una permanente inestabilidad; etc. Sin embargo, todos estos sistemas y países tienen en común algo: la visión de que para mejorar hay que competir dentro de un mundo globalizado.
Medido temporalmente podríamos ubicar a este sistema capitalista como uno que tiene poco más de 2 siglos; donde la humanidad en los últimos tiempos no ha sabido resolver temas cruciales como la distribución correcta de la riqueza, el hambre que afecta a miles de millones, la contaminación creciente, situaciones de belicismo en muchos puntos del planeta y el uso descontrolado de determinados recursos productivos.
Espiritualmente, todos estos problemas son inherentes a las fuerzas de mercado descontroladas. La comercialización en la sociedad, causada por una dependencia excesiva en las fuerzas del mercado, se ha vuelto generalizada en todo el mundo, crea en cualquier lugar a largo plazo (un largo plazo que ya experimentamos) caos social y degradación del medio ambiente. Grandes instructores espirituales llaman a las fuerzas del mercado "las fuerzas del mal" porque separan una parte de la sociedad de la otra. Las fuerzas del mercado conducen a la codicia y la posesividad, y no puede otra cosa que llevar división al mundo. Esta matriz de competencia perniciosa para el mundo se inicia con posterioridad a la segunda guerra mundial y toma gran impulso a partir de la década del ´80 y aún más con la caída del muro de Berlín.
Un sendero hacia el futuro lleva a más división social y económica, destrucción medioambiental, guerra y peligro planetario. El otro sendero, el que “alguien debe” proponer, conducirá a una creciente armonía, a un equilibrio económico y medioambiental, y a una era dorada de paz.
Este es un punto crucial de la historia de la humanidad, y por ese motivo se darán a conocer un grupo de extraordinarios instructores espirituales para ayudar a guiarnos a través del sendero de la paz. Pero para que esto suceda, nosotros debemos aceptar su orientación y actuar para resolver nuestros problemas globales más peligrosos.
Entre los más peligrosos está la creciente disparidad entre los ricos y los pobres del mundo. Como ejemplo:
  • Las 225 personas más ricas poseen una riqueza combinada de más de 1 billón de dólares, equivalente a los ingresos anuales del 47 por ciento de las personas más pobres del mundo.
  • Entre los 4.400 millones de personas que viven en los países en desarrollo:
*   cerca de tres de cada cinco viven sin sistemas de saneamiento básicos
*   cerca de un tercio no tienen acceso a agua potable
*   un cuarto carece de vivienda adecuada
*   un quinto vive fuera del ámbito de los servicios sanitarios modernos
*   un quinto de los niños están desnutridos, y un porcentaje igual no ha aprobado el quinto curso de primaria
*   incluso en EEUU, el país más rico del mundo, cerca de 12 millones de familias corren peligro de padecer hambre, y al menos 700.000 personas carecen de cobijo durante una noche cualquiera.
Esta creciente división entre ricos y pobres nos amenaza a todos, dado que el resultante crimen, malestar social, inseguridad, inmigración ilegal y degradación medioambiental no respeta fronteras nacionales o locales.

Consumo global
La codicia de unos pocos ha puesto en peligro el futuro del planeta. El consumo global de bienes y servicios, desproporcionado para el 20 por ciento más rico del planeta, superó los 24 billones de dólares en 1998, el doble que en 1975. El Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU concluye que el “incontrolado crecimiento del consumo está creando una presión sin precedentes sobre el medio ambiente”. Hoy casi 14 años después, la situación empeoró. Este informe y otros citan la destrucción mundial de los bosques; el agotamiento de los caladeros y suministros de agua dulce; la contaminación del aire y el agua; el empobrecimiento de la capa superior del suelo; la desertización; la extinción de especies; un crecimiento espectacular de la quema de combustibles fósiles y las resultantes tendencias de calentamiento global. La lista de crecientes problemas medioambientales es casi inacabable.
Algunos de los sistema de sustentación de vida ya están casi en el “punto de no retorno”, según Brian Halwell de Worldwatch. “No podemos sustentar este nivel de consumo para siempre”.

Compartir es la respuesta
¿Qué podría llevar a la humanidad, especialmente a aquellos en el mundo desarrollado, a cambiar a un estilo de vida menos destructivo y más equitativo antes de que sea demasiado tarde?
El esquema ya está escrito en la pared, según el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan. “No es creíble que Estados Unidos pueda permanecer en un oasis de prosperidad, inmune a un mundo que está experimentando un gran y creciente estrés”, comentó. El “estrés” de fallidas economías que suben y bajan (México, Rusia, Brasil y Argentina más crisis asiática en la década del ´90; EE.UU. en la primer década del milenio; ahora se suma Europa, y parte de las naciones árabes) es como un olla siempre a punto de hacer ebullición, que a veces toca los cien grados y vuelve a bajar, en donde es sabido que subirá nuevamente a cien grados pero no cuando. La economía mundial está “hecha un lío”, lo único que produce es estabilidad temporal, pero que en el largo plazo los modos de vida actuales justifican una pauperización de los sectores más vulnerables; o acaso, cuántos años esperaremos para que China entre en crisis !!!
Sumada a las fuerzas de mercado, están dominando actualmente las fuerzas financieras, donde cerca de 1,5 billones de dólares en divisas cambian de manos electrónicamente cada día, para buscar beneficios especulativos no relacionados con ningún intercambio de bienes y servicios reales.

Soluciones disponibles
Afortunadamente, las respuestas a estos problemas aparentemente intratables ya están disponibles.
Durante muchos años, se ha hablado y escrito sobre la presencia en el mundo actual de un grupo de grandes instructores espirituales, conocidos en Oriente como los Maestros de Sabiduría. A su cabeza está Maitreya, sobre quien se dice que está aquí para inspirar a la humanidad a verse a sí misma como una familia interdependiente.
Maitreya nos ayudará a ver que los alimentos, materias primas y recursos energéticos y tecnológicos pertenecen a todos y deben compartirse equitativamente. Esos recursos, dice Maitreya, son dado por derecho divino para la sustentación de toda la humanidad, no para el uso y abuso de unos relativamente pocos. Él recomendará una reorganización de las prioridades económicas para que los alimentos, vivienda, educación y servicios sanitarios adecuados sean derechos universales.
La prioridad más inmediata será salvar a las millones de personas que ahora mueren de hambre en el mundo en desarrollo. Maitreya propondrá un programa de ayuda de choque a escala mundial para aliviar su sufrimiento.
Cuando la humanidad comience a aceptar el “Principio de Compartir”, y las personas exijan a sus gobiernos implementar este principio, los cambios comenzarán. Los planes para tal programa de redistribución, ya existen, esperando sólo la demanda de la humanidad para su implementación.
Habrá oposición a tales planes de algunos de los miembros más privilegiados de la sociedad que verán una pérdida de su status y poder tradicionales. Pero la necesidad de cambio será tan obvia que se encontrarán cada vez más impotentes de detener el impulso.

La elección de la humanidad
El futuro que aguarda a la humanidad depende de las decisiones que tomemos ahora. Maitreya y los Maestros que con él vendrán, nos aconsejarán y orientarán, pero la aceptación del consejo será propia de la humanidad.
Maitreya presentará dos escenarios alternativos del futuro, o continuamos con las formas egoístas y codiciosas del pasado y nos destruimos, o aceptamos el Principio de Compartir y creamos una nueva y brillante civilización donde todos puedan participar como miembros plenos de la familia humana.
Cuando comenzará esto: se especula que el tiempo ha llegado, meses, 1 año o 2, no más. A partir de lo que se conocerá como el “día de la declaración”.

Martín Pereira