sábado, 21 de marzo de 2020

El Fin del Sistema Global Actual. El Mayor Cambio en la Historia se aproxima


Esta nota la escribo para que muchos sepan que lo que pasa no es un evento aislado, es una consecuencia de oportunidades desperdiciadas por la humanidad. Sí al leer toda la nota sienten que es correcto, sigan con otras notas, todas intentan describir desde distintos ángulos lo que pasa y lo que pasará. Pese al dolor actual, a que nos puede tocar a cualquiera, estamos en el fin de la tormenta, quizás sea de algunos meses, pero cesará, aunque nada será como antes, será mejor para la mayoría y quizás no tan bueno para pocos. 
Podría decir que lo he dicho de diferentes maneras. Como por ejemplo, que el mundo debe manejar la energía del dinero: http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2015/12/la-energia-del-dinero-o-mejor-decir-el.html o que desde el 2008 a la fecha todo se sostiene con deuda: https://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com/2018/10/el-gran-ajuste-de-las-finanzas-mundiales.html y eso ha generado ganadores y perdedores.
O decirte que la ONU debería haber puesto foco en esto, o debería hacerlo urgente ahora: http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2014/04/consejo-mundial-para-el-desarrollo-y-la.html
O en decirte los variados problemas que enfrentamos: http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2016/03/resumen-del-blog-el-desafio-de-crear-un.html
O también que hay temas que van más allá de la humanidad, como por ejemplo que es la Nueva Era: http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2017/01/explicando-que-es-la-nueva-era-la-era.html 
Pero, en resumen, no es culpa de todos.
La ceguera de los poderosos, que incluyen a políticos de diversos ámbitos, empresarios de mucho rubros, accionistas y directores de los grandes bancos mundiales y muchas multinacionales, que tienen la gran mayoría de los dirigentes mundiales acerca de: (i) creer que más comercialización resuelve la crisis actual; (ii) creer que hay producir más y más, para consumir más y más, para que haya más empleo y crear un círculo virtuoso; (iii) creer que los problemas de fondo se arreglan con soluciones financieras como emitir deuda o moneda, es el gran espejismo que nos rodea como sociedad y como humanidad. Este espejismo los hace ver sólo que quieren ver y por lo tanto quedan cegados, aunque tengan buena voluntad. La totalidad de problemas que hay en el mundo, y de los cuales sobre algunos menciono en distintos artículos del blog, son muchos y complejos y poner en análisis la totalidad de variables es sumamente complejo, incluso para los gobernantes y sus asesores.
Asimismo, este espejismo al cual me refiero es alentado por la forma de enseñar economía, o sea por un sin número de influyentes economistas que están diseminados por todo el globo, y también por vastos sectores del periodismo que impulsan el mismo sistema desde su forma de expresarse o medio de comunicación que poseen o para el cual trabajan. Creo que hay mucha buena voluntad para transformar el mundo para bien, la mayor parte del mundo tiene personas que pueden expresar buena voluntad hacia un cambio favorable para todos. Pero la ceguera y el espejismo generan que se busquen soluciones que no van a funcionar o que serán sólo paliativos parciales. También hay muchos economistas que resaltan cómo el mundo ha avanzado y son gurúes que siguen muchos millonarios, y hay muchos millonarios que se dedican a la filantropía; esto es un gran avance respecto de décadas atrás, aunque no es suficiente. Hay que ir más profundo, reconocer la unidad de los seres humanos y actuar en base a ello. Sin un impulso divino, esto no sucederá. Gran parte de los que toman decisiones importantes acerca del mundo no ven que somos, como habitantes de este planeta, parte de un gran ser al que muchos llamamos Dios, y que sí lo es, aunque nuestra percepción de EL es infinitesimal respecto de lo que realmente es. Dios es también nuestra misma naturaleza, hasta el más pequeño de los átomos que la componen. Sin embargo, como no reconocen ni siquiera partes mínimas de esa unidad no trabajan para que haya mayor unidad, sino que trabajan por poder, por codicia, por ego o por el simple hecho de ser complacientes. Muchos, se preguntarán complacientes con qué; la respuesta es con el sistema actual, así estamos bien, así puede mejorar el mundo. Pues no. Ya ha habido demasiadas oportunidades de que como sociedad mundial cambiemos, algunas pequeñas, otras muy grandes, pero las hemos desperdiciado, algunas no las han escondido o tapado con dinero o simplemente las hemos dejado pasar. Esta vez, tendremos que pensar en serio, pensar cuáles son nuestros problemas como mundo, uno por uno. Esta vez, nuestros cimientos como sociedad serán removidos. Y sí es necesario, en el medio de nuestro sufrimiento, nuestro recogimiento, nuestro pesar o lo que sea que nos toque vivir, nos golpearán de nuevo, nos golpearán hasta que despertemos y nos demos cuenta del gran cambio que la sociedad necesita.
El lector se preguntará qué se define como sistema. Esto intenta ser respondido en las notas del blog, abordando algunos de los problemas que nuestra sociedad actual tiene, pero podríamos sintetizar el mismo y al problema, como el exceso de comercialización existente en el mundo. Exceso vinculado a aspectos o segmentos de la sociedad que no deberían ser pasibles de comercializar, pero que hoy están vistos como un negocio. La salud es un negocio, la educación es un negocio, la seguridad/inseguridad es un negocio, la justicia se ha vuelto un negocio, los gastos de defensa de un país son un negocio, la política es un negocio, el bienestar de las personas mayores es para muchos sólo una ecuación económica. Además, el exceso de comercialización lleva a la competitividad, la competitividad lleva a la complacencia y la complacencia lleva a la inacción o querer mantener el estatus quo.
Por qué tenemos que casi llegar a caer en un abismo antes de comenzar un cambio, por qué el dolor o la parálisis que pueden provocar ciertos eventos actuales pueden ser los disparadores del cambio y fundamentalmente por qué llegar a estos extremos. Intentaré una respuesta sencilla de explicar con una suerte de parábola. Sí alguien nos ofrece algo una o varias veces, pero tenemos las manos llenas de algo que pensamos que nos sirve, nos es útil o necesario o pensamos muy profundamente que es así, es muy probable que rechacemos ese ofrecimiento. Quizás lo sigamos rechazando hasta que nos encontramos con las manos vacías, hasta que no podemos recargar lo que teníamos o que lo que teníamos no funciona de la misma manera. Quizás lo hagamos hasta sentir una suerte de inanición espiritual. Este proceso por el cual nos conformábamos con tal o cual sistema, o este sistema del que hablé en el párrafo anterior, lo podemos denominar complacencia.
La complacencia es lo que nos lleva a decir estoy bien, o estaré bien. Nos lleva a no pensar en todos como unidad. Finalmente, nos lleva a la inacción. Sumemos a la ecuación que la complacencia suele rodearse de dos “C” -corrupción y codicia-. Le pido al lector que piense como estas tres “C” actúan entrelazadas y lo que pueden causar a un sistema.
No obstante lo antedicho, un “impulso divino” está cerca: https://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com/2012/08/la-ayuda-de-maitreya-esta-muy-cerca.html en inglés https://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com/2020/01/maitreyas-help-is-very-close-world.html. El cambio que viene no será maquillaje, no será reparar partes rotas. Será con una importante parte de la humanidad trabajando para lograr algo nuevo, una monumental reconstrucción de nuestras instituciones y hasta estructuras de funcionamiento de la sociedad, tomando lo que sirve, que también es mucho, pero buscando nuevas formas sociales, nuevos medios de transporte, creando recreando nuestras ciudades, nuevas y mejores formas de producir bienes y servicios, pero fundamentalmente tendrá una característica: aprender a compartir. Una parte muy importante del mundo desea que haya justicia en el mundo, desea que haya mayor equidad, desea una vida digna y desea pensar que puede tener felicidad y un futuro mejor: tiene que quedar claro, sin compartir los recursos mundiales no hay justicia y el resto se desvanece. Sólo aprender a compartir hará que evolucionemos raza humana que somos.
Finalmente, quisiera decir al lector que nunca pensé que llegaríamos a este momento de inanición, que como integrante de esta sociedad mundial desearía que los cambios hubieran empezado mucho antes; pero aquí estamos, y sinceramente creo que no se puede volver esta vez a formas del pasado. Compartir no es más una opción, es el único camino.