Quisiera describir aquí algunos problemas en la implementación de políticas relacionadas con compartir los recursos. Soy de Argentina y considero que mi país ha construido un relativo buen estado de bienestar en diversos aspectos como salud, educación, sistemas de previsión social, sistemas de asistencia social. Podría describir, según mi opinión, fortalezas y debilidades de cada uno de estos, pero el objetivo aquí es otro.
Este
blog está dedicado a la “Nueva Economía” y se llama “Aprendiendo a Compartir”.
No obstante, para poder iniciar políticas relacionadas con compartir los
recursos se requiere que muchas variables estén alineadas de manera correcta,
lograr consenso suficiente implica un trabajo arduo y de décadas de compromiso
de todos los sectores involucrados.
¿Por
qué el título de la carreta de Argentina? Porque me pareció correcta la
analogía entre un medio de transporte para asimilar cómo puede ir
desarrollándose un país.
Entonces,
vamos a describir los conductores de dicha carreta: Políticos elegidos por
Cargos Públicos, Sindicalistas que “representan a los trabajadores” y
Empresarios. Ser un conductor en esta analogía significa que participan de las
decisiones importantes en materia de “creación” de bienes y servicios, ya sea
porque trabajan parar crearlos, promoverlos, controlarlos o dirigirlos en su
realización.
Quiénes
serían los caballos de esta carreta: También empresarios en algunos casos,
trabajadores privados en relación de dependencia, trabajadores privados
autónomos (incluyo aquí lo que en Argentina se denomina monotributo),
trabajadores privados no registrados, trabajadores públicos que trabajan en
prestaciones que brindan bienes y servicios (luego me referiré a esto más
adelante). La definición del caballo tiene que ver con la velocidad y con la
creación de bienes y servicios que sirven para vivir y mejorar la convivencia
en sociedad de todas las personas. En esto es lo que muchas veces los políticos
han perdido la brújula, en definitiva, no importa el sistema que nos gobierne,
sino que “toda” la sociedad tenga cada día mejores bienes y servicios.
Actualmente, también habría que añadir como características de esos bienes y
servicios que no tiendan a convertirse en nocivos para el medioambiente. Y
“toda” se refiere a crear un equilibrio ascendente en lo que respecta a la
distribución de los recursos.
Quiénes
van arriba de la carreta: Los adultos mayores, ya sean que reciban o no una
compensación por el trabajo que realizaron mientras estaban activos; los niños
de 0 años hasta la escuela secundaria, los jóvenes que estudian pero que no
trabajan (en este caso en general dependen de sus padres), los jóvenes que no
trabajan (sea por el motivo que fuera), las amas y amos de casa (que también
son fundamental para el correcto funcionamiento del país); otras personas que
por diversos factores no pueden realizar trabajos de brindar bienes y
servicios a la sociedad. En este caso, se produce una mezcla rara, porque
muchas de estas personas aportan a la creación de bienes y servicios, otras
cosechan el fruto de su trabajo y otras por diversas situaciones necesitan una
ayuda para mantenerse arriba de la carreta y ser parte de la misma.
Veamos un pequeño cuadro que efectué, en base a información de distintos lugares, acerca de cómo está conformada la carreta de Argentina actualmente -octubre 2020 -obvio con ciertas estimaciones- y cómo estaba conformada hace 20 años. Lo que refiere a personas se expresa en millones.
Efectuemos
algunas inferencias para analizar más en profundidad:
Empleo
privado, casi no se movió en 20 años, incluso parece haber retrocedido. Aquí
voy a realizar 2 inferencias fundamentales. La primera es la situación del
empleo en relación a la tecnología, la informatización, y el aumento de la
productividad del ser humano por la incorporación de mejor maquinaria/tecnología; mi
posición la dejé clara aquí http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2016/03/como-esta-el-mundo-respecto-de-empleo.html. En resumen, en el futuro y en el
presente se crea cada vez menos empleo y esta es una de las causas por lo que
los sistemas basados en compartir los recursos deben implementarse. Incluso, el
futuro no tan lejano, gran parte de los bienes y servicios no los realizaremos
los hombres y mujeres, y esto es lo que tenemos que proyectar y aprender a
vivir en evolución con ello.
En
el caso de Argentina, ha sido escaza la generación de puestos de trabajo
privados y se han generado condiciones que no incentivan a las personas a
transformarse en caballos de la carreta y tirar. Lo que ha sucedido es que a
medida que hubo años de bonanza crecieron empleo público, fundamentalmente en
provincias y municipios, y también los “beneficios” que otorga el Estado.
Cuando llegaron los años magros, lo que sucede aproximadamente desde 2012, el
empleo privado comenzó a caer, pero el público no, además con cada cambio de
gestión se suma en general más empleo público. Esta compensación para paliar la
pérdida de empleo privado no ha servido en el país y las soluciones pueden
pasar por: (i) incentivar con créditos productivos para que los empleados
públicos puedan salir del Estado; (ii) generar programas de crédito privado
para proyectos de nuevos bienes y servicios -aquí hay que ser muy cuidadoso,
porque la mayoría apunta a bienes y servicios que se duplican o compiten con
otro y sólo hay desplazamiento, pero no crecimiento- y que dichos programas
haya cierto beneficio para tomar empleados del Estado -principalmente de
gobiernos provinciales y municipales-; (iii) incentivar programas para
federalizar la población, sobre esto escribí en: http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2016/11/rearmando-las-ciudades-del-futuro.html
En
el caso de los políticos, además de los cargos electivos que contienen los
cargos nacionales, provinciales y municipales por elección, hay que adicionarle
todo cargo público que entra cuando hay nuevos nombramientos posteriormente a
las elecciones. También hay que sumarle asesores que ingresan y se van en el
período del cargo electivo. Estos 2 casos están incorporados en el empleo
público. Y además de eso, lo más importante es medir el costo de la política
argentina en relación a otros países. Dejó un link en el cual Roberto
Cachanosky, un reconocido economista argentino (más allá de que no coincido en
ciertos aspectos) explica muy bien la situación con una analogía.
https://www.infobae.com/opinion/2019/03/05/el-descomunal-costo-del-negocio-de-la-politica-en-argentina-y-por-que-eeuu-es-casi-4-veces-mas-eficiente/
En definitiva, no se trata de izquierda o derecha, sino de ver cómo
agilizar la producción de bienes y servicios que lleven bienestar a la
población. Sobre este tema, hay 3 palabras que parecen no caber en la mente de
los políticos de Argentina: Desapego, anticorrupción y eficiencia. Sobre las 2
primeras me referí a estos 2 links: http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2015/06/la-etica-dentro-de-la-nueva-economia.html y https://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com/2019/02/corrupcion-codicia-y-complacencia-las-3.html Sobre la eficiencia (medida en este caso por el
accionar el Estado) siempre se habla de copiar modelos sociales que funcionen
como los escandinavos o alemán, pero poco se hace al respecto, me referí a ello
en: http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2013/12/hacia-un-nuevo-sistema-politico.html
Vemos
también que ha crecido desproporcionadamente el empleo en provincias y
municipios. Es fundamental encarar planes concretos para que dichos empleos
disminuyan y comience a fluir mayor producción de bienes y servicios en muchas
jurisdicciones. Esto debería hacerse con una mejor ley de coparticipación.
Asimismo, aunque en el contexto actual es difícil pensar en ello, con las
restricciones existentes por temas sanitarios, debe hacerse. Muchas
jurisdicciones se han transformado en feudos que poco aportan y con escasez de
ideas.
La
ley de coparticipación federal hoy actúa como un límite interno. Teniendo en
cuenta que existen impuestos de recaudación por el Estado Nacional, con buen tino
la ley pretende que las provincias que más producen y están más desarrolladas
aporten, parte de lo que le correspondería de ciertos impuestos nacionales sí
el reparto fuera proporcional a su producción, mediante cesión de cierto
porcentaje que se distribuye a provincias menos desarrolladas. Primer error,
está pendiente la sanción de una ley a fondo que estudie la coparticipación.
Segundo error, esté sistema, que queda al arbitrio del gobierno de turno, no
conlleva el establecimiento de objetivos por parte de las provincias que menos
reciben. Esto último, crea en el tiempo un nulo impulso para mejorar y el
estado de dicha provincia se convierte en un botín político que sirve para
repartir fondos. Seguramente, todo gobernante quiere que su estado/provincia
mejore, pero también saber que los fondos nacionales llegan por meses, años y
años, provoca un letargo en los impulsos a generar bienes y servicios nuevos
que no dependan de la intervención del estado. Tampoco, se analiza en la
coparticipación la evolución de la población de cada jurisdicción, esto es otro
grave error, ya que Argentina no es un país que se destaque por tener políticas
de federalización y distribución equitativa de su población.
Finalmente,
en este aspecto, hay que terminar con las dobles cámaras en los poderes
legislativos provinciales que aún tienen 2 cámaras. Achicar el número de
legisladores. Fusionar municipios y también provincias. Esto es complejo, pero en
algún momento hay que tomar decisiones fuertes.
Tercera
edad, creo que sobre este sector hay que diferenciar 2 temas, el primero
relacionado con el aumento de la expectativa de vida, que se da en muchos
países. Esto produce que el sistema parece colapsar en muchos países, porque la
población de abajo ya no sustenta económicamente a los de mayor edad con sus
aportes y la de abajo crece menos rápidamente que décadas atrás, la relación de
3 trabajadores activos versus 1 retirado es ya una fantasía. Los sistemas deben
cambiarse en todo el mundo, lo expresé aquí
http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2015/08/sistemas-de-proteccion-de-las-personas.html
En
Argentina, qué puede hacerse. Yo diría que un tema pasa por quitar beneficios
previsionales de privilegio que no tengan que ver con la cantidad de años de
aporte, como jubilaciones y pensiones de políticos y parte del sistema
judicial. El segundo es quitar la carga tributaria en forma de aportes y
transformarla en impuesto al consumo, más un seguro de retiro para los
empleados en relación de dependencia. Habría que implementar un adicional a los
retirados en base a su consumo por aumento del impuesto para compensarlos.
Pero, creo que hay muchos expertos en el tema que pueden estudiar y efectuar programas
que sirvan para solucionar esto de cara a futuro.
Más
allá de que no es posible analizar detalladamente todos los problemas del país,
trataré de finalizar haciendo mención a la parte de los menores de edad. Mucho
se dice en Argentina acerca de la infantilización de la pobreza y que más del
50% de los menores de 12 años son pobres. Es cierto. Sin embargo, atribuir esto
a unas pocas causas como la falta de buena política, la falta de continuidad de
buenas políticas económicas, la falta o sobrante de la presencia del Estado en
ciertas áreas, es un error. Quizás la causa más importante es un análisis de
cómo crece la población, lo que expliqué en: http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2013/07/planificacion-familiar-algunas.html
En
síntesis, desde hace más de 40 años se han conjugado 2 factores, clases medias
y altas han disminuido la cantidad promedio de hijos y han aumentado el
promedio de edad de procreación, mientras que clases bajas han mantenido los
mismos niveles, e incluso se ha sucedido que en ciertos lugares del país ha
bajado la edad de procreación. Esto, si suponemos que el promedio de inicio en
medias y altas está en 33 años, mientras que en bajas está en 20 años, cabría
para decir que solamente con estos números más que se duplicaron las personas
en segmentos socioeconómicos bajos. Sumado a la falta de oportunidades y el
estancamiento de la movilidad social, tenemos un país en una situación
poblacional vulnerable. Es bueno, pensar que un Estado presente atiende ciertas
necesidades con por ejemplo la AUH. Sin embargo, es malo pensar que esto se
puede mantener sin tomar medidas de largo plazo que tiendan a que las personas
puedan mejorar sus vidas por sí mismas.
En
un mundo globalizado, en donde todos los países compiten entre sí por bienes y
servicios, hay que pensar que la carreta no puede cargarse indefinidamente.
Para finalizar, diré que yo no abogo por un sistema
de competencia, sino uno de cooperación en donde se aprendan a compartir los
recursos. Sobre esto me he referido en numerosas veces y de diversas formas
para cambiar el mundo. Lo mismo expuse en mi libro: https://www.amazon.com/Nueva-Era-Econom%C3%ADa-Sociedad-Sabidur%C3%ADa-ebook/dp/B07239C47R
No
obstante, como mundo, no como país, hasta que no suceda el emerger del
Instructor del Mundo y sus Maestros de Sabiduría, seguiremos navegando en la
tormenta. Entiendo que es cuestión de muy pocos años para que el mayor evento
en la historia de la humanidad suceda. La esperanza de un mundo mejor es cada
vez más cercana.