Con el fin de seguir analizando
la probable realidad futura, que comience a gestarse luego del emerger público
del Instructor del Mundo y sus Maestros de Sabiduría, quisiera referirme a un
par de cuestiones que han quedado rezagadas en artículos anteriores, pero que
conllevan una importancia fundamental para la correcta transformación del
planeta.
El primero es cómo deben
producirse los cambios. Muchas personas, y hasta me quisiera incluir en este
grupo, deseamos que los cambios hacia una cultura basada en compartir los
recursos se den de forma rápida. Sin embargo, es fundamental saber el punto
actual del cual se parte. Desde el punto de vista socioeconómico, según mi
parecer, vivimos aún en un mundo muy poco evolucionado, fundamentalmente en lo
referente a las formas de relacionamiento social. Muchos especialistas
mencionan que nunca antes en el mundo los recursos han estado tan mal
distribuidos, en donde minúsculos grupos o pocas personas controlan gran parte
de los recursos financieros y económicos. Tampoco, nunca antes en la historia
la humanidad, o mejor decir, algunos pocos gobiernos han tenido armas de
destrucción masiva que pueden generar enorme daño a los hombres de cierta zona
geográfica, a la humanidad en su conjunto y al planeta; pudiendo en
circunstancias extremas llegar como raza a la autodestrucción. Los otros dos
factores más críticos son el hambre o la mal nutrición (aunque se vienen
haciendo avances al respecto, pero siempre dentro del llamado sistema de
comercialización) que sigue afectando a una parte muy importante de la
población del planeta y el peligro ecológico. Finalmente, creo que desde
comienzos del siglo XXI hasta el presente se ha ido produciendo otro fenómeno
social que es la división de las ideas. Nunca antes estuvo el mundo tan
dividido en cuanto a las formas de gestionar la sociedad, y aunque el mundo ya
atravesó la dicotomía entre capitalismo y comunismo, el momento actual es de
profundas brechas internas en cada país.
Los ultracionalismos, la
xenofobia, las ideas radicalizadas contrarias a la inmigración, a favor de la
mayor actuación policial o militar, a políticas antiglobalización, son mechas
que encienden muy fácil en la mente de millones y millones de personas. Parte
de estas doctrinas tienen razón, pero lo que no ven es opciones de desarrollo para
los países subdesarrollados o en desarrollo, desde donde proceden los flujos
migratorios. La solución no es cerrarse, la solución es buscar formas para que
se desarrollen el resto de los países. La solución no es cerrarse, es comenzar
a reconocer la unidad de todos los seres humanos, la unidad en la diversidad de
lo que somos como humanidad, y en función de esto, promover sistemas
socioeconómicos similares para que, en un par de décadas, crear un sistema
nuevo, basado en compartir los recursos y complementarnos, dejando de la lado
la comercialización a ultranza y la competencia en una parte importante de los
ámbitos de la sociedad.
La unidad, lo más difícil, lo
expresé en una de las primeras notas del blog: https://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com/2012/03/el-desafio-mas-grande.html
Pero, más allá de lo dicho en los
párrafos precedentes el cambio fundamental pasará por dos cuestiones. La
primera está relacionada con cambios en los valores, esencialmente ir
alejándonos del exceso de materialismo, cuyas raíces son la comercialización en
demasía, la codicia, la corrupción y la complacencia. Sea el sistema político
que sea, izquierda o derecha, liberal o socialismo, nacionalista o de mayor
apertura, ningún gobierno y/o sistema económico puede perdurar cuando se
instalan en él las 3 C: corrupción, codicia y complacencia. La corrupción y la
codicia son dos conceptos íntimamente correlacionados y van de quienes manejan
el Estado (en cualquier ámbito del mismo) hacia las personas particulares o
empresas, desde las personas particulares o empresas hacia quienes manejan el
Estado, y desde y entre particulares y/o empresas. La complacencia es el
placebo que complementa a los conceptos anteriores y se instala en una parte
importante y poderosa de la sociedad, como la facultad de pensar en que yo o mi
grupo estamos bien o no estamos tan mal, entonces los cambios en la sociedad
pueden esperar.
Entonces, cómo se sale de esto.
Lo primero que diré es que uno de los motivos de la presencia y emerger de la
Jerarquía Espiritual (siempre según mi opinión) es realizar una gran inyección
de valores en el mundo. Maitreya habla de 3 sencillos principios de conocer que
se refieren a “Honestidad de Mente, Sinceridad de Espíritu y Desapego”. Los 2
primeros, en mi opinión, están relacionados con la actitud propia de cada ser
humano consigo mismo y con sus actitudes. El tercero, más allá del desapego
interno del ser, es fundamental para la creación de una sociedad menos
material, más interesada por el prójimo y más interesada por el servicio altruista
en los diversos ámbitos que se desarrollan las sociedades. Una vez que comienza
a correr el agua del desapego por la sociedad, los valores irán mutando, iremos
poco a poco virando hacia una sociedad menos basada en la codicia, la corrupción
dará paso al servicio público más desinteresado y poco a poco un nuevo halo de
bienestar comenzará a recubrir a las sociedades. No se trata solamente del
bienestar nacional, sino de integrar en diversos planes el crecimiento y el
desarrollo de los distintos pueblos y países del planeta. La tarea no es fácil,
al principio, el mero hecho de la existencia física de los Maestros provocará
un gran impulso, pero todos los seres humanos deberán formar parte del trabajo
de reconstrucción y mejoramiento del planeta.
La segunda parte de este artículo
trata de llevar luz a un tema poco tratado en mi blog. Al pensar en una
sociedad dividida en sus ideas, tal como lo vengo expresando hace un tiempo
largo: http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2016/03/la-division-de-ideas-en-todo-ambito-de.html
nos encontraremos, a continuación del emerger del Instructor del Mundo con un
nuevo mundo. Millones y millones sentirán por primera vez la existencia de algo
superior en sus vidas, lo que les provocará un cambio interior que,
posteriormente, se transformará en el motor de los cambios exteriores. Al
comienzo, todo parecerá funcionar, habrá una suerte de camino sobre algodones,
pero lo más importante recién comenzará. La real transformación de la sociedad,
y una de las principales tareas de los Maestros de Sabiduría, trata acerca de
cómo unir a la diversidad de pensamientos que se encuentran en los individuos
con conforman las sociedades y las distintas culturas. La respuesta, fácil de
expresar, pero difícil de llevar a cabo en todos los ámbitos trata acerca de:
CREACIÓN DE CONSENSOS.
Crear consensos es la amalgama de
la diversidad, la aceptación de nuevas pautas, basadas en el interés general,
en una sociedad para todos, lo cual no puede ser efectuado sin cambios en los
valores con que se maneja la sociedad, la codicia de pocos tiene que ir
lentamente siendo dejada atrás. La corrupción tiene que ser removida por el
desinterés en lo material desde la política. El agua del desapego por la
materialidad tiene que invadirnos poco a poco. Para ello, los Maestros estarán
caminando junto a la humanidad, buscando acercar opiniones, transformando. Y
por más, que mucha gente piense, sí es así, es cómo los Maestros nos aconsejan:
ese es el camino; tendremos que saber que, como grupo o sociedad, un consenso
real y genuino funcionará y provocará que los engranajes se muevan en el
sentido correcto, cuando la aceptación de cierta idea sea de un grado muy, pero
muy importante por el conjunto de individuos que conforman la sociedad. En
algunos textos se habla hasta del 90% de aceptación por parte de las personas.
A veces, sí pensamos que muchas decisiones políticas se toman con la mayoría
más uno, nos podremos dar cuenta de la importancia que tiene la creación de
nuevos consensos. Quizás pensemos que un 65% de aceptación puede estar bien,
quizás un 60%, pero los cambios llevarán tiempo, y es probable que repitamos
errores o volvamos sobre sistemas que pensamos pueden dejarse atrás, sí la
aceptación es baja. Un 60% de aceptación puede estar bien, pero habrá un 40%
(quizás algunos con mucho poder) que estarán insatisfechos, y hasta podrán
estar efectuando acciones contrarias a los cambios. Quizás, hasta se vuelva
atrás con la propuesta; para luego pasado un tiempo de regreso a las viejas
formas imperantes en la actualidad, volver a retomar, con el consenso
nuevamente aumentado y creado, el nuevo rumbo. Entonces, tendremos que darnos
cuentas que la Creación de Consensos es otra de las aristas en donde se deberá
trabajar y mucho. Algunos cambios se producirán rápido, en cortos períodos de
tiempo, otros (cuando nos demos cuenta que muchos problemas persisten) llevarán
tiempo, quizás algunas 2 o 3 décadas (sólo pongo un marco temporal por
aventurarme a decir algo, ojalá todo se encamine rápido).
Finalmente, para terminar,
quisiera mencionar algo acerca de la Nueva Era. El Instructor del Mundo y su
Grupo de Maestros volcarán al mundo una infinita (para nosotros los seres
humanos) energía de síntesis (que es la energía que fusiona y une ideas que
parecen opuestas). También rebozarán el mundo con una energía relacionada con
un amor incomprensible para nosotros. Ambos tipos de energía serán parte de las
grandes llamas que cobijarán a la humanidad para lograr los cambios. Esto, que
hoy son palabras, se transformarán en nuevos sentimientos, conocimientos y
nuevas aptitudes de las personas, que todas juntas serán los motores para
lograr un mundo evolucionado.