martes, 5 de septiembre de 2017

LA INSEGURIDAD EN LAS SOCIEDADES – OTRO DE LOS COSTOS POR NO COMPARTIR

Conoce las causas y comenzarás a planificar una solución, dice un viejo adagio espiritual.

En el blog hemos tratado de explicar incesantes veces acerca de implementar políticas, reformas e instituciones que lleven a las sociedades a compartir los recursos. Esto más que una ciencia es un arte y como todo arte debe ser aprendido y cultivado.

Tal como efectué en el artículo relacionado con los gastos de defensas, quisiera exponer ahora un análisis inverso respecto de los denominados gastos de seguridad interior de cada país, y nuevamente referirme en particular a los de América Latina, por ser (seguro por una cuestión idiomática) sobre los que mejor información obtuve.

El análisis inverso al cual me refiero trata de ver los costos de seguridad/inseguridad como un gran costo social que la sociedad actual sufre, paga o como queramos denominarlo, por no aprender a compartir los recursos. Tengamos en cuenta que compartir, tal como hoy está planteada la sociedad moderna no es una solución fácil de implementar, sino que como siempre expresé se necesitará de un gran impulso espiritual (el cual está pronto a llegar) para que el mundo cambie su rumbo actual.

Tomaré como base de este artículo un estudio denominado “Los Costos del Crimen y la Violencia – Nueva Evidencia y Hallazgos en América Latina y el Caribe”, emitido por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y editado por Laura Jaitman (quien coordina la Agenda de Investigación de Seguridad Ciudadana y Justicia dentro de la División de Capacidad Institucional del Estado del BID).

No quiero aquí, tampoco escribir un tratado acerca de la inseguridad y sus costos, sino exponer los temas referidos a esto como otro problema que está presente hoy en día en una parte muy importante de la sociedad mundial.

Comencemos con la definición de los costos de seguridad/inseguridad. Según algunos estudios del BID (a los cuales les imprimí algunas consideraciones adicionales) estos costos podrían dividirse en tres categorías:
  • Relacionados con el gasto público para: (i) los sistemas de procuración de justicia, (ii) policías y otros agentes que velen para brindar seguridad a los habitantes y (iii) los costos asociados a los regímenes de reclusión y “rehabilitación” (entre comillas porque en muchos casos por cómo se aplica no merece llamarse así) como puede ser el sistema carcelario y los sistemas de protección, resguardo o rehabilitación juveniles. Agregaría aquí costos vinculados al tercer aspecto como ser costo de salud pública para quienes padecen la inseguridad (sean víctimas o victimarios), costo de ambulancias por actuación en hechos de inseguridad; también costo de campañas públicas relacionadas con la prevención de la inseguridad (ej. Sistema de monitoreo dependiente del Estado en cualquier nivel).
  • Los relacionados con el gasto denominado privado, que son aquellos que realizan empresas, personas y familias. Dentro de estos podríamos englobar a seguridad privada, costos de alarmas, costos de infraestructura para protección (como puede ser hacer rejas más grandes), costos de sistemas de monitoreo no incluidos en los anteriores, etc.
  • Los relacionados con el costo social de aquellos que sufren actos de inseguridad, como ser pérdidas económicas, pérdidas de las sociedades por las personas fallecidas (en caso de homicidio), pérdidas de productividad de la sociedad por la cantidad de recluidos que no producen nada, costos privados de salud por atención en hechos de violencia y también los relacionados con la falta de desarrollo porque cierta persona o empresa decide no invertir su dinero en cierta opción productiva a causa de la inseguridad.
Como observamos, el abanico de costos es muy amplio y cada vez más es una preocupación creciente de los gobiernos, particularmente en América Latina. Para visualizar mejor el problema expondré una serie de gráficos:

Fuente: http://www.iadb.org/es/noticias/comunicados-de-prensa/2017-02-03/cuanto-le-cuesta-el-crimen-a-america-latina,11714.html


El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que el costo anual directo del crimen y la violencia en América Latina y el Caribe asciende a US$261.000 millones, o 3,55 por ciento del PBI. Esta cantidad duplica el promedio de países desarrollados y equivale al total que la región invierte en infraestructura. Además, el gasto es equivalente a lo que sería el ingreso del 30% de la población de menores ingresos de la región. Sí la región disminuyera sus costos al nivel de países desarrollados, podría aumentar la inversión en infraestructura en un 50%.


Mismo cálculo que el gráfico anterior, pero expuesto por país (de los incluidos en el estudio) de América Latina.


En el prefacio del estudio se menciona lo siguiente: La región de América Latina y el Caribe (ALC) ha mostrado progreso en muchas áreas socioeconómicas en la última década. Entre 2004 y 2014, la mayoría de los países experimentaron tasas de crecimiento anual cercanas al 4%, los índices de pobreza disminuyeron y los ciudadanos de ALC se volvieron más saludables y alcanzaron un mayor nivel de estudios….

En contraste, el crimen aumentó. ALC continúa siendo la región más violenta del planeta, con una tasa de homicidios de 24 por 100.000 habitantes en 2015 (cuatro veces la media mundial). Sin embargo, a pesar de la gravedad del problema, los costos que la delincuencia y la violencia imponen a la región solo han comenzado a recibir atención sistemática hace muy poco tiempo. Ante los altos índices de criminalidad, los costos de la delincuencia pueden ser considerables: las personas cambian su comportamiento para evitar (o participar) en la actividad criminal, los hogares gastan para protegerse de la delincuencia, las empresas reducen su inversión e incurren en pérdidas de productividad y los gobiernos cambian la asignación de recursos.

Por lo tanto, preguntamos: ¿Cuán grandes son los costos del crimen y la violencia en ALC? ¿Cómo se pueden medir? ¿Cómo se pueden reducir? Las estimaciones de dichos costos resultan útiles para concientizar sobre la magnitud del problema, situar el tema en las agendas nacionales e internacionales, identificar áreas para mejorar la asignación de recursos públicos y privados, y diseñar mejores políticas de prevención del delito y control de la delincuencia.

La inseguridad en ALC es un desafío para el desarrollo…

El informe que menciono es muy amplio y bien explicado, mencionando las diferentes aristas que abarcan los temas y gastos relacionados con la inseguridad, pero vayamos profundizando más el tema con otros aspectos.

La tasa de homicidios de América Latina se ubica cercana a 24 personas asesinadas cada 100.000 habitantes, que es casi cuatro veces más alta que el promedio mundial.

En términos reales los gastos relacionados para contener esta ola de inseguridad, fueron más que duplicados por los gobiernos centrales, por los gobiernos provinciales o estatales, entre los años 2006 y 2012, teniendo cada vez más relevancia en los presupuestos. Sin embargo, los indicadores de seguridad no han mejorado.

En abril del año 2013, el Presidente del BID (en ese momento), Luis Alberto Moreno, puso cifras al tema y estimo que a raíz de la inseguridad la región pierde potencialmente un 7% del PBI, lo que representaría unos USD 350.000 millones.

Los estudios también exponen información acerca de cómo afecta la salud negativamente, en el caso de hijos de mujeres que sufrieron eventos de violencia; o de cómo bajan el valor de las rentas y valor de las propiedades en zonas con más violencia; o de cómo la violencia absorbe ganancias de las empresas por tener que pagar mayores costos; o de cómo absorbe disponibilidad de fondos en las familias por su mayor gasto. En general, también diversos estudios exhiben que los que más sufren episodios de violencia son sectores de clases bajas o clases medias. Asimismo, todos los estudios concluyen que a mayor penetración de las drogas dentro de una sociedad, mayor inseguridad y mayor violencia sufre esa sociedad.

Las consecuencias son amplias, yendo desde las pérdidas de vidas; las pérdidas materiales; las pérdidas por costo de oportunidad; las pérdidas de tiempo de vida, de horas de trabajo, de disfrute, etc.; pérdidas por mayores costos; hasta dos sensaciones que se transforman en emociones, sentimientos y una forma de vivir: (i) esa sensación que sufren muchas personas, que cada día son más, de que puede ser víctima de algún hecho de inseguridad, generando una vida vivida con cierto temor y preocupación; (ii) la segunda sensación es la que recorre la mente de víctimas (quizás hasta de victimarios) de pensar cuál es la salida o cómo son las soluciones para vivir una vida donde no existe la inseguridad, los hechos de inseguridad o que estos estén acotados a expresiones mínimas.

En lo que refiere a las soluciones existen propuestas de todo tipo. Mencionaré algunas a título ejemplificativo:

Medidas directas para combatir la inseguridad:

-          Mayor presencia de las fuerzas de seguridad en puntos sensibles.
-          Mejora en los sistemas de prevención como monitoreo, alarmas, avisos, apps de prevención, etc.
-          Reformas en los sistemas procesales como ser, juicios express en algunos casos, modificar códigos procesales, evitar salidas transitorias en ciertos casos.
-          Reformas en los sistemas penales juveniles, que pueden incluir desde baja en la edad de imputabilidad, hasta modificación de las estructuras de albergues, extensión de la responsabilidad a adultos en algunos casos.
-          Reestructuración, modernización y ampliación de los sistemas carcelarios, dentro de las muchas variantes que puede haber.
-          Mapas del delito.
-          Descentralización administrativa de la prevención.
-          Capacitación de las fuerzas de seguridad interior o incluir a fuerzas de seguridad exterior en la lucha contra el delito interior.
-          Planes para evitar el acceso a las armas o para el desarme.
-          Mejorar la complementariedad y coordinación de diferentes áreas que trabajan en el tema de la inseguridad, también abarcando esto extensas variantes.
-          Etc…

Medidas indirectas para combatir la inseguridad

Sobre este punto los especialistas coinciden en que se trata de un problema multidimensional y, en general, señalan a medidas socioeconómicas de inclusión como las vías de solución del problema, como ser:

-          Programas de incorporación económica y social de jóvenes en riesgo, y también de madres de jóvenes o niños en riesgo.
-          Mejora en la educación y mejora de todas las dimensiones que esto abarca.
-          Creación e inclusión de formas relacionadas con el deporte, como forma de alejar a los niños y jóvenes de situaciones potencialmente peligrosas.
-          Programas o vías de información para alejar a jóvenes de las drogas o el alcohol, por considerar estos elementos como motivadores para el inicio de situaciones de violencia.
-          Programas de capacitación en artes, oficios y profesiones de personas en situación de detención.
-          Incentivar la reactivación económica e inclusión de sectores postergados.
-          Etc...

Sin embargo, en mi opinión todas y cualquier medida similar que se tome en este sentido no será suficiente para reducir las situación o hechos de inseguridad. Hace unos años escribí un artículo titulado “La No Distribución de la Riqueza” (http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2013/10/la-no-distribucion-de-la-riqueza-como_18.html), en donde entre otros temas mencione varios artículos que decía:

La desigualdad genera problemas sociales y de salud
Wilkinson y Pickett (2010) examinan la relación entre la desigualdad de ingreso y problemas sociales y de salud. Ellos llevan a cabo pruebas empíricas a lo largo de un grupo de países de la OCDE así como de los 50 estados de Estados Unidos. Entre ambos escenarios, los resultados muestran claramente que las consecuencias sociales y para la salud son sustancialmente peores en las sociedades más desiguales. En especial, los individuos en las sociedades más equitativas, inter alia, disfrutan de mejor salud, viven más, tienen menos probabilidades de sufrir enfermedades mentales, obtienen mejores resultados académicos, consumen menos drogas ilegales, tienen menos comportamientos criminales, disfrutan de más movilidad social, son más confiados, experimentan menos violencia y tienen menos probabilidades de ser madres adolescentes en comparación con quienes viven en sociedades menos equitativas.

Una de las contribuciones más significativas de Wilkinson y Pickett fue el desarrollo del Índice Internacional de Problemas Sociales y de Salud (IHSP). Este índice compuesto cubre 23 países de la OCDE e incluye los siguientes indicadores: homicidios, encarcelaciones, mortalidad infantil, esperanza de vida, resultados en alfabetismo y matemáticas, enfermedad mental, obesidad, movilidad social, nacimientos entre adolescentes y confianza. Hasta la fecha, el IHSP ofrece quizá la más completa instantánea de los impactos sociales, a lo largo de varias naciones que no incluye un parámetro sobre el ingreso, lo que le convierte en una fuente ideal para el análisis de la desigualdad de ingreso. Se presenta el convincente gráfico de Wilkinson y Pickett, que refleja los hallazgos generales de su investigación, situando el IHSP junto a los datos sobre desigualdad más actualizados (Figura que sigue). Este especial conjunto de datos demuestra una relación muy fuerte entre el aumento de los niveles de desigualdad y unos mayores problemas sociales y de salud (ρ = 0.54).

Entonces, si bien las medidas indirectas relacionadas con la mejora social y económica de los países seguramente disminuirán las situaciones y los costos relacionados con la inseguridad, es evidente que los dirigentes políticos (al menos una parte importante de ellos) que tratan el tema no plantean, en ningún momento, que es el sistema socio-económico actual, al tender permanentemente a empeorar la distribución de la renta, el principal causante de la inseguridad.

Tampoco la inseguridad es un tema sencillo de resolver, ni se trata de una simple reasignación de recursos para repartirlos a quienes delinquen o tienen posibilidades de delinquir, sino que se trata de encarar como sociedad mundial o regional una gran transformación del sistema actual. No me canso de repetir que sin la aparición en la escena pública del Instructor del Mundo (Maitreya) y los Maestros de Sabiduría esto no será posible, no porque ellos vengan con las soluciones, sino porque su palabra y presencia encenderán sentimientos de cambio en los corazones de millones y millones de personas en el planeta (lo que no se hará de la noche a la mañana, sino que será un proceso); también su consejo (sin infringir el libre albedrío) mostrará alternativas para solucionar el tema.

Todos los problemas del mundo, que son muchos, cuando se los entrelaza y cruzan sus variables indican que la solución global de los problemas es, por un lado, imperiosa y, por otro, sí o sí aprender a compartir los recursos. Actualmente, y también dentro del tema inseguridad, se habla de medidas indirectas tendientes al crecimiento, de aumentar la producción económica de bienes y servicios siendo eficiente, pero en ningún momento se habla de que quizás esto traiga sobreofertas de productos en el mundo. Se habla de producir bienes con mayor valor agregado, lo cual es correcto, pero siempre se habla en el marco de la competencia. La competencia con otros bienes y servicios del país, la competencia con otros bienes y servicios de otros países. Es cierto, que hay muchas zonas en el mundo que deben incrementar su producción de bienes y servicios para sacar a millones o miles de millones de la pobreza, pero esto no puede ser efectuado bajo el sistema económico actual, sino las consecuencias serán las mismas, y sólo se estarán cambiando (en muchos casos) figuras de lugar. El momento que vivimos es único y la elección a realizar también lo es, única en la historia de la humanidad, compartir y abrazar formas cooperativas es la salida, aunque la construcción sea difícil, se hará sobre bases más sólidas.

La venida del Instructor del Mundo y sus Maestros tiene como uno de sus objetivos demostrar que existe una unión divina entre todos los hombres, a la cual podemos definir como “Dios es todo y todo es Dios”. Descomponiendo esta frase se infiere que Dios es un ser que enalma al planeta y cada vida tiene una conexión con EL, por lo tanto cada vida tiene también una conexión con las otras vidas del planeta, todo está interconectado. No somos los mortales quienes podemos ver tal conexión, sino que a medida que el hombre evoluciona llegará un punto en donde comenzará a percibirla. Esto implica que estas enseñanzas brindarán a muchas personas los incentivos necesarios para que políticas orientadas a compartir los recursos sean puestas en práctica. Otro de los objetivos del emerger es comenzar a instruir a la humanidad (o gran parte de ella) acerca de lo que los Maestros mencionan como “El Arte de la Realización del Ser”, esto se refiere (en mi opinión) a saber que todo ser humano es un dios en potencia, que para ello debe emprender caminos espirituales para elevarse sobre su condición actual; lo que traerá aparejado cambios y simplificaciones de muchos estilos de vida, alejándonos del materialismo inmenso en el cual la humanidad ha caído (sólo lo vivimos, no nos damos cuenta de esto y nos acostumbramos a vivir de esta manera) y del cual los Maestros pueden ayudarnos a salir.

Quise exponer dos ideas en el párrafo anterior con el fin de manifestar el aventón que recibiremos para solucionar muchos de los problemas actuales, entre ellos el que está siendo tratado en este artículo.

Antes de concluir este artículo quisiera manifestar algunas ideas relacionadas con el tema de inseguridad, quizás intentar otra visión del problema:

1-    En el caso de América Latina existe un gran atraso en infraestructura carcelaria, los reclusos en general padecen condiciones de hábitat desastrosas que son poco proclives para la rehabilitación. Sobre este punto habría que dividirlo en tres variantes: (i) mayor inversión en infraestructura, pero esto requiere que aumente el gasto, lo que nos lleva a uno de los puntos que plantearemos más adelante; (ii) comenzar a copiar ejemplos del mundo en donde la rehabilitación funciona, como el caso de algunos países escandinavos (Holanda, Suecia y Noruega), lo que nos remite a efectuar estudios, ya que las condiciones socioeconómicas del entorno, las condiciones psicológicas de los reclusos, las condiciones de vida previa de los reclusos no son iguales y deberán adaptarse para que sí funcionen; (iii) cambiar todas las leyes que se necesiten para que los reclusos puedan trabajar, a lo cual me explayaré en otro punto.
En este punto, me llamó la atención artículos publicados en el año 2013 en donde se decía que en Suecia y Holanda se comenzaban a cerrar cárceles por falta de reclusos. Soy consciente de que América Latina está lejos de esos países, pero al menos vemos la existencia de modelos a seguir.
2-    Reubicación de cárceles. Más allá de lo planteado en el punto 1, otro tema a plantear sería reubicar las cárceles en lugares donde puedan crearse nueva oferta de bienes o de servicios para que algunos reclusos puedan optar por trabajar, al mismo tiempo que se los incluye en programas educativos para su futura inserción. Esto sólo puede ser efectuado sí se piensa un sistema socioeconómico funcionando con mayor cantidad de bienes o servicios. Un par de ejemplos quisiera otorgar para figurar la idea: (i) ubicar cárceles en zonas que puedan ser reforestadas o forestadas (sí es que nunca se hizo) con árboles para comercialización; (ii) ubicar actividades mineras en zonas inexplotadas. Es necesario aquí la conjunción de grandes acuerdos público-privados para que esto se pueda lograr.
3-    Respecto a costos, podemos inferir lo siguiente, en un sistema económico todo lo que signifique ingresos de las personas en general redunda en mantener o aumentar el funcionamiento del sistema económico. Lo quisiera graficar en sus mentes con un ejemplo para el caso de la inseguridad, supongamos que en una pequeña localidad hay 2 policías y 1 ladrón. El ladrón entra y sale de la cárcel, genera costos de mantenimiento. A su vez, los policías tienen que mantener el vehículo con que andan, echarle combustible, etc. La pregunta sería cuánto cuesta todo el gasto por mantenimiento que no sea ingresos de las personas, y a ello también podríamos sumar parte del costo económico por las pérdidas de los hogares que sufrieron robos. ¿Qué pasaría sí efectúo un estudio psicológico profundo al ladrón? ¿De qué le gustaría vivir?, ¿cómo podría hacer para reencausar su vida (obvio que no va a ser una vida de excesos o lujos, sino algo normal para dicha comunidad)? ¿tiene el ladrón capacidad mental o suficiente discernimiento para emprender una vida vivida en sociedad y sin causar delitos? Entonces, sí el estudio resulta favorable a la reinserción, ¿qué pasaría sí durante algún tiempo los fondos que se gastaban en mantenimiento van a parar a la rehabilitación del ladrón?
Tampoco es tan sencillo hacer esto y diré razones que cualquier lector esbozará del por qué es complejo. En un escenario como ese, muchos de condición socioeconómica inferior al ladrón, y/o aquellos que no son asiduos al trabajo, quizás se verían incentivados al delito para luego entrar en el mismo plan. Es muy posible, pero por eso veremos que se necesita la reforma integral del mercado laboral, hacia uno basado en compartir los recursos. Otros dirán, esto ya se hace en muchos países porque ciertas personas reciben asistencia estatal, en donde uno de los objetivos (hay muchos otros) de la asistencia es que no se vean tentados a delinquir; aquí la respuesta es sí, y que poco a poco, con el cambio del mercado de trabajo, estos tipos de estudios para saber qué se quiere hacer y en qué manera puede lograrse se deberían extender a otros segmentos sociales. De igual manera, estarán aquellos que simplemente se negarán a tal actitud de ser generosos con el ladrón; la respuesta aquí es sencilla, pero difícil de asimilar, “otra oportunidad”, “volver a tender la mano para ayudar”.
A su vez, como observarán, en este ejemplo me referí a la persona como “el ladrón”, queriendo dejar de lado delitos más aberrantes, que tienen que ser analizados con otra óptica. Creo que el tema principal, en toda actividad económica que se realice es ofrecer más bienes y servicios a la población de tal sector geográfico, tratando de que lo que se oferte sume (sea nuevo) y no compita con lo existente (si no se entrará sólo en un cambio de figuritas), por lo tanto el ingenio deberá agudizarse para desarrollar cualquier tipo de plan.
4-    Identificación de la potencialidad y efectuar acciones para la prevención. Es cierto que mucho se habla de prevención en el tema de la inseguridad, pero aquí me refiero a otro punto. Sabemos que en América Latina hay muchas, muchas personas en situación de vulnerabilidad social, es por esto que una de las tareas más grandes en un proyecto basado en compartir debería ser, en el futuro, la conformación de grandes grupos de psicólogos y asistentes sociales, no sólo para que traten temas de niños, sino para que comiencen a trabajar desde los lugares que son víctimas de delito, junto con las fuerzas de seguridad para identificar, eventualmente proponer y llevar a cabo medidas para mejorar la situación de vulnerabilidad. Ejemplo, sí un barrio o zona sufre reiterados robos, la  policía debería investigar quiénes son (en la actualidad muchos casos de hurto son poco o nulo investigados) y derivar al grupo de psicólogos y asistentes sociales para comenzar a implementar medidas. Es obvio que esto requerirá mayor gasto público y por eso me remitiré al punto 5.
En este punto también debe ser incluido el tema de solucionar el hambre. Ya he expuesto en http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2014/09/compartir-la-politica-economica-del.html porque el tema es importante, y asociado a este artículo podemos agregar que personas que puedan cubrir su alimentación con mejores dietas son personas que tienen más posibilidades de educarse, de pensar adecuadamente acerca de qué es bueno o no para la sociedad.
5-    Diferencias entre países desarrollados y en desarrollo o subdesarrollados. Quiero exponer aquí un punto muy complejo de explicar y que abarca no sólo el tema de la inseguridad, sino muchos otros temas. Cuando observamos el gasto en porcentaje del PBI de los países desarrollados, se observa que es entre la mitad o menos. Por otro lado, cuando se observan los planes de asistencia financiera que se ofrecen desde organismos financieros internacionales (que mayoritariamente son comandados por los países desarrollados) en general lo que se pide es bajar el gasto público, pero diría HEYYYYY… TENGO UN PROBLEMA DE INSEGURIDAD. Entonces, la verdad es que este tipo de pedido, en un mundo donde los organismos financieros internaciones son parte del problema global (he tratado este punto en otros artículos) va muchas veces a contramano de las necesidades reales de cada país, porque en el pensamiento de estos organismos prima como base la competitividad, los países tienen que ser competitivos. Esto lo he repetido numerosas ocasiones, lo que tiene el mundo es una crisis de competitividad en donde se pretende ver como igual situaciones o grupos sociales que no son iguales. Lo mismo sucede con otros segmentos del gasto público sí se los compara.
Una forma de encarar estos temas fue expuesta en artículos relacionados con el sistema financiero global y sus problemas, y sería la creación de Bancos u Organismos Regionales (integrados por varios países) que regulen la oferta monetaria en determinada zona para no depender de los bancos u organismos internacionales actuales.
6-    Más allá de que el sistema global necesita virar hacia uno basado en compartir, otra consideración indirecta que serviría para disminuir las situaciones de inseguridad, está relacionada con la implementación de políticas de planificación familiar. En el artículo (http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2013/07/planificacion-familiar-algunas.html) expliqué cómo se ha producido el achatamiento de la pirámide poblacional en Argentina, esto mismo sucede en varios otros países de América Latina, incluso en varios de América Central, en donde el problema de inseguridad es muy grave. El tema es sencillo, los sectores más vulnerables económicamente por cuestiones educativas, nutricionales, aspiraciones o lo que sea tienen mayores posibilidades que una muy mínima parte de las personas que lo integren delincan. La cuestión pasaría sí agrando esta base, agrando la posibilidad de que haya mayor fuga de personas para cometer delitos. Sin que este no sea el mayor fundamento para que se implementen políticas relacionadas con planificación familiar, es un fundamento más que suma para que sean necesarias.
7-    En el último punto me referiré al mercado del empleo, por qué es necesario aprender como humanidad a compartir los recursos, no sólo para evolucionar como raza y como almas, sino porque es la única alternativa válida para crear un futuro brillante. El factor trabajo también deberá sufrir grandes modificaciones en el futuro. Cuando uno piensa en inseguridad en un alto porcentaje se asocia a personas que por diversos motivos no tuvieron oportunidad de tener trabajo o no lo buscaron porque el sistema global actual está configurado tal como lo conocemos hasta ahora. Por lo expuesto en http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2016/03/como-esta-el-mundo-respecto-de-empleo.html debe cambiar el mercado global de empleo y esto tendrá impacto también en la inseguridad.

Repito, el tema encarado aquí no es fácil de asimilar, ni en el entorno actual en el que vivimos, ni tampoco será tan fácil de asimilar dentro de un mundo pensado para compartir. Por suerte, no he sufrido en mi vida eventos de inseguridad (sólo cosas mínimas que me han sustraído de mi casa), pero sí soy de los que viven en la sensación de que hay que cuidarse permanentemente y que el tema algo de intranquilidad en la vida nos deja; que alguien se meta con el fruto de tu esfuerzo (ni hablar cuando hay daño físico) genera bronca, diría, en el 99% de quien ha sufrido algún evento negativo. Pero esto trata de un tema (uno más) que habrá que reformular en la sociedad futura.

Como he venido repitiendo constantemente, creo firmemente que el cambio de mentalidad de quienes toman decisiones por el pueblo, de quienes delinquen, de quienes tienen poder para aportar algo al cambio, del resto de los políticos, de quienes actualmente trabajan en el tema de inseguridad empezará con el emerger público del Instructor del Mundo y seguirá con su trabajo y el de los Maestros de Sabiduría, cuando comiencen a convivir con la humanidad. La amalgama de amor de estos seres permitirá la apertura en los corazones para los impulsos del cambio. Estará en todos nosotros poder efectuarlos.