miércoles, 19 de diciembre de 2012

CAMBIO DE REGLAS MUNDIALES EN LA PRODUCCIÓN – ECONOMÍA DE RECURSOS

CAMBIO DE REGLAS MUNDIALES EN LA PRODUCCIÓN – ECONOMÍA DE RECURSOS
Muchas veces nos preguntamos cómo nuestro país puede industrializarse más, para dar más empleo, para que haya más consumo y que mejore nuestra economía. En el marco de nuestro blog esto es parcialmente cierto y se preguntarán por qué. Es simple, porque lo que muchos economistas o funcionarios pregonan se enmarca dentro de un sistema de competencia mundial y lo que aquí se propone es totalmente distinto.

Antes que nada, cada parte de cambiar el mundo o sus reglas toman un aspecto particular, de los miles o millones que tiene la economía y la sociedad actual, si quieres saber el contexto de este escrito te pido que leas en este blog "¿Por qué estar satisfechos con este sistema económico?"; "Economía y espiritualidad - el surgimiento del compartir"; "El espejismo de la riqueza que nos dificulta mejorar" o; "Lo absurdo del dinero y la competencia". Sí al leerlo, tienes una idea de algún cambio sobre algún aspecto, por favor compartamosla, si quieres me escribes y la publico a tu nombre. Un nuevo sistema lo construimos entre todos y es tan grande el mundo que todos tenemos que colaborar y compartir. Mi email: martinpereira@yahoo.com.ar o martinpereira.arg@gmail.com; muchas gracias.
Primero, porque el sistema propuesto trata de generar pautas de producción mundial consensuadas. Segundo porque la medición en dinero en el sistema propuesto quedaría en un segundo plano, basándonos en mediciones sobre unidades de producto.
Tercero, porque en la actualidad, cuando alguien necesita medir un mercado mundial lo hace en millones de dólares y mide la competitividad de acuerdo al costo en dólares de la mano de obra, de acuerdo al costo de logística, los mercados de venta interno y externos cercanos, de acuerdo a la inversión externa directa que reciben etc. Entonces, más allá del factor que evaluemos, veremos que lo que prima en la competitividad es el costo; y dentro del costo el costo laboral. En un sistema basado en compartir, el costo deja ser medido en unidades monetarias para ser medidos por factores de eficiencia.
Para aquellos que quieran, les dejo un link de México, donde explica el mercado de eléctronica y su situación http://www.promexico.gob.mx/es_us/promexico/Electrico_-_Electronica. Para quienes sepan entender el mensaje, más allá de este informe, lo que quiero significar es que siempre se basa en la competitividad relacionada con el costo laboral.
Cuarto, si pensamos siempre en un mundo mejor y en el largo plazo, veremos que el costo de mano de obra no será fundamental para producir cierto producto, porque abogamos por mejorar la producción mediante la robotización y automatización, dejando más tiempo libre a las personas para que puedan cultivar actividades más altruistas, deportivas y de esparcimiento.

La planificación de las industrias en base a cantidades tendría que comenzar en base a la capacidad disponible del mundo en determinado rubro, que sin ser un comunismo dirigido, tiene que ser enfocado hacia un socialismo cooperativo, en donde se promueva lo mejor de cada persona y cada región. Para llegar a esto hay que enfocarse en 2 objetivos; el primero las necesidades del individuo como persona respecto de sus libertades individuales y aspiraciones, generando beneficios por mérito hacia el sistema; el segundo, pero más importante, el aporte del individuo hacia el bien colectivo, integrándose a un sistema de producción en beneficio del todo.
Para tratar de bajar a concreto estas ideas vamos a analizar 2 mercados, uno simple y otro algo más complejo.
El Primer ejemplo que nos referiremos está basado en bienes simples, como son los comestibles. En varios artículos hemos propuesto un plan de producción y de intercambio de productos primarios como forma de evitar la escasez en determinados lugares. Para ello, siempre concentrándonos en la producción, en la logística y en la disposición final la idea es producir lo máximo posible y desperdiciar lo mínimo posible. Producir en cada zona, la cantidad necesaria de los alimentos aptos para dicha zona, más un plus para el mercado nacional en donde no se pueda producir eso, más el excedente que pueda destinarse al intercambio en el mercado externo. Esto, si leen varios de los post anteriores, está bastante extendido acerca de cómo puede funcionar.
El segundo ejemplo es el de los bienes industrializados, más complejos en su análisis y sobre los cuales actualmente la producción es de pocas empresas, la demanda está relacionada con el gusto del consumidor y con diferentes tipos de modelos. Analicemos un ejemplo en el marco de nuestra propuesta el caso de la producción y venta de televisores.
Se estima que el mercado mundial es de 400 millones de televisores vendidos al año. Esto teniendo en cuenta un promedio de 3 personas por familia y con 7000 millones de habitantes nos otorga la suma de 2330 millones de familias (estoy siendo generoso porque trato de contemplar aquellos que viven solos). Aunque podríamos decir que cada familia pueda tener 3 televisores, centrémonos un momento en el análisis de la oferta. Por ejemplo, en un país desarrollado como España hay 2,5 televisores por familia en promedio (http://www.feebbo.com/feebbo/estudiomercado/353/estudio-de-mercado-sobre-consumo-de-televisores), lo que surge de hacer la cuenta del gráfico de torta y suponiendo que cada persona encuestada es una familia o pertenece a una. En tanto que en Argentina en el año 2000 había 258 aparatos cada mil habitantes, y suponiendo que esa cifra se haya más que duplicado estaríamos en 500 aparatos cada mil habitantes, teniendo en cuenta familias promedios de 4 en Argentina, podemos decir que hay 2 aparatos por familia, es decir unos 10 MM de televisores. En función de distintos parámetros puede estimarse que en cada casa se cambia un televisor cada 2 años para los sectores medios y altos y que en los sectores bajos es cada 3 a 4 años. En Argentina, la venta anual es de aproximadamente 2,5 MM de unidades.
Luego de ver estos números analicemos las siguientes consignas: (i) se estima que las clases altas ya han pasado todos sus televisores a Led o LCD; (ii) se estima que las clases medias y altas que pueden tener 3 televisores o más, tienen al menos 2 LCD o LED y 1 televisor de tubo a reemplazar; (iii) se estima que las clases medias bajas tienen al menos un televisor LCD; (iv) se estima que una parte de las clases bajas tienen al menos un televisor.
Repasemos nuevamente las premisas de la creación de un mercado basado en recursos y no en dinero: (i) tiene que asegurarse que toda la población tenga acceso completo a los bienes primarios como alimentos y servicios, con la capacidad de contar con ellos en la cantidad suficiente para que tener una vida plena; (ii) tiene que existir algún esquema de merito que premie a quien más contribuye con la sociedad, pero cuya escala no sea basada en dinero, sino en acceso a ciertos beneficios, básicamente viajar o tiempo libre o de determinados bienes, bienes más grandes o algo mejores, no obstante las diferencias tienen que ser mucho menores que las del sistema actual.
Si pensamos que la venta puede llegar a 3 MM en vez de 2,5 MM de unidades de televisores, tendremos que cada familia podría renovar sus televisores cada menos de 4 años, incluso como sobran 500 mil unidades se podría ir incrementando el número de televisores por familia paulatinamente. Por otro lado, en nuestra esquema, lo que interesa es la capacidad de producción, más que la venta. Si el mundo sigue con el esquema actual de producción, en nuestro país trataremos de incrementar la producción en 500 mil para llegar a 3 MM; mientras que se continuará importando la cantidad que siempre se importó, aportando al sistema mundial, en el caso de Argentina, más que nada alimentos.
Para mejorar, el sistema de acceso a los televisores, podemos suponer que todo aquel que quiere obtener su televisor debe entregar a cambio el más viejo que tenga en la casa. Según lo expresado por la antigüedad, estimamos que aquellos que en la actualidad tienen menores recursos y que eventualmente tendrían menos merito al momento inicial (la idea es ir corrigiendo el sistema paulatinamente hacia uno basado en compartir en donde el merito sea muy parejo), podrían acceder o a un televisor nuevo o a uno usado con menos de 4 años de antigüedad. A su vez, como hay 5 MM de familias que no cambian su televisor todos los años (recordemos que la media es cada 2), solamente habrá un intercambio en el que participarán 5 MM de familias, de las cuales 2,5 MM accederán a nuevos y 500 mil también a nuevos y 2 MM a televisores usados.
A su vez, la idea es también que para compartir, algunas familias deberán ceder, lo que es fundamental para crear la unión que necesita el sistema. Por este motivo, debemos pensar que durante algunos años, hasta que se cubran las necesidades de quienes no tienen televisor o de quienes tienen los más viejos, se podría implementar un sistema de donación del merito, en donde quienes más posibilidades tengan donen a quienes hoy menos tienen.
La idea es mejorar en un porcentaje significativo respecto de la actualidad, la calidad y cantidad de televisores a los que acceden las clases de menores recursos, empezando por la clase baja, siguiendo por la media baja y luego por la media.
No soy un experto en el mercado de los televisores, sino que lo que pretendí contextualizar es un modelo de intercambio en donde en el mediano plazo todos pueden ir cubriendo sus necesidades básicas y también las que no son básicas. Como siempre digo, la construcción de un sistema basado en recursos