En
este artículo trataré de explayarme acerca de uno de los grandes impedimentos
que tiene la humanidad para poder evolucionar. Este tema lo dejo para estos
momentos finales, entendiendo que está muy cerca el emerger de Maitreya (el
Instructor del Mundo), porque en mi pensamiento está que, al cambiar la visión
actual sobre el mismo, se provocará un viraje rotundo que impulsará al mundo
hacia la aceptación de principios relacionados con compartir. Me referiré
primero a conceptos espirituales y, en segundo lugar, a conceptos más
tangibles.
Respecto
de los primeros, Benjamin Creme (quien tuvo la misión durante su vida de
difundir el emerger del Instructor del Mundo y los Maestros de Sabiduría) en
una entrevista dijo: Cuando aceptemos el
principio de compartir y cuando ese proceso de compartir esté realmente
funcionando en el mundo, recibiremos el regalo de estas nuevas tecnologías. No
quiero decir que se nos dará un instrumento con instrucciones para usarlo.
Recibiremos los secretos de cómo crear esta tecnología. Luego nuestros
científicos avanzados la desarrollarán.
Existe una nueva tecnología
en perspectiva, el proceso de fusión fría. Diría que dentro de muy pocos años
la fusión fría producirá una proporción bastante elevada de las necesidades
energéticas de la tierra. Pero luego habrá otra tecnología que Maitreya llama
la Tecnología de la Luz, que proporcionará energía de forma ilimitada para
todas nuestras necesidades….
… Si esta tecnología la
tuviéramos actualmente, destruiríamos el mundo con ella. Casi destruimos el
mundo con las armas nucleares. La fisión nuclear es la forma más peligrosa de
extraer la energía del átomo…
Con
esto quiero recalcar que la humanidad tiene un libre albedrío limitado. Aunque
no lo creamos, los conocimientos fluyen hacia nuestro mundo en función de la
posibilidad de asimilación de la humanidad y en función de las virtudes que
tengamos. Cuando se dice que Dios es amor, crease o no, es cierto. Jamás se
otorgará a los hombres una tecnología que no puedan manejar o que ponga en
peligro la raza.
En
algunos escritos sobre la Jerarquía Espiritual se menciona que, durante la
Segunda Guerra Mundial en niveles espirituales hubo que tomar decisiones muy difíciles.
El conocimiento del átomo estaba avanzado por parte de investigadores de
distintos países, pero muy avanzado en Alemania. Sí Alemania obtenía la fórmula
de la desintegración del átomo para desencadenar energía nuclear a través de
bombas, el mundo habría sido destruido. La Jerarquía, por métodos espirituales
(podría yo imaginar anular temporalmente y perspicazmente la inteligencia de
los científicos para que no consigan cierta fórmula) trabó la avanzada de
Alemania y aceleró la de los aliados a través de EE.UU. La medida no era fácil
de tomar, porque habría consecuencias y de hecho las hubo con las dos bombas
arrojadas sobre Japón, pero hubo que elegir, pese al dolor, como dar fin a la
guerra.
Actualmente,
la energía nuclear, a través del arsenal atómico que poseen distintos países,
representa un peligro grave para la evolución. Lo mismo sucede, a una escala
menor con la energía nuclear de centrales atómicas, donde los científicos
actuales no tienen conocimiento suficiente para medir el daño de la radiación
en la atmósfera. Es también un gran peligro la diversidad y cada vez más dañino
armamento que existe disponible, más aún si consideramos la escala bélica que
ocurre por el primer semestre de 2017.
Las
fuerzas que impulsan las maquinarias de guerra y a los hombre hacia la
violencia bélica deben apagarse, sí es que queremos evolucionar. El crecimiento
en conciencia de la humanidad, hacia aprender a compartir, comenzará a abrir
puertas –lo harán los científicos en todas las ramas- hacia tecnologías impensado
actualmente. Para ello la paz debe prevalecer.
Acerca
de los conceptos más tangibles, comenzaré diciendo que hoy existe una paradoja
entre la financiación que otorga el sistema financiero global, más varios
gobiernos al comprar Bonos del Tesoro, y el gasto en defensa de EE.UU. El
déficit fiscal en el año 2015 de EE.UU. fue de 3,5% del PBI y el gasto en
defensa fue de 3,3%. Aclaro que no es directa la relación, sino que es extraño
pensar que entre los gobiernos mundiales financian parte del armamento que se
usa por todo el mundo. Con esto no quiero decir que EE.UU. no tenga que tener
gastos en defensa, sino que su excesivo gasto es financiado con superávit de
balanza de pagos de varios países.
Repasemos por unos
párrafos cómo se conforma por estos años lo que gastan en defensa algunos
gobiernos:
Los cinco que más gastaron en
2016 (fuente:
http://cnnespanol.cnn.com/2017/04/24/rusia-es-ahora-el-tercer-pais-con-mayor-gasto-militar/)
EE.UU.: USD 611.000 millones; China: USD 215.000 millones; Rusia: USD
69.200 millones; Arabia Saudita: USD 63.700 millones e India: USD 55.900
millones.
Sigamos con algunos
números:
· * Presupuesto de defensa: el de Estados
Unidos es mayor al de once países juntos (China, Arabia Saudita, Gran Bretaña,
Rusia, Japón, India, Alemania, Francia, Italia, Corea del Sur y Brasil).
· * Personal militar: China, el país más poblado del mundo, tiene el ejército
más grande del mundo con 2,3 millones de personas y similar cantidad en
reserva. Corea del Norte, que en el ranking ocupa el puesto 25, tiene el quinto
ejército más numeroso con alrededor de 700 mil personas (2,75% de su población
total), sin tener en cuenta las personas en reserva.
· * Aeronaves: Estados
Unidos tiene más aeronaves militares que los siguientes seis países (Rusia,
China, India, Japón, Corea del Sur y Francia). De esas aeronaves, tiene 2.308
aviones de combate, 2.785 de ataque a tierra, 5.739 aeronaves de transporte,
2.771 aviones de entrenamiento, 6.084 helicópteros y 957 helicópteros de
ataque.
Se
observa que, posteriormente a la caída del muro de Berlín disminuyó
drásticamente el gasto en defensa. Otro punto de inflexión fue el año del
atentado a las Torres Gemelas. Este hecho provocó que comenzaran a subir, hasta
llegar al año 2009, donde nuevamente se inició un retroceso hasta el 2015.
Según
el grupo de expertos sueco (SIPRI: Instituto Internacional de Estudios para La
Paz de Estocolmo) dijo que el gasto militar mundial aumentó a 1.7 billones de
dólares en 2016. Los gastos militares crecieron en Asia, Europa y África del
Norte, pero cayeron en Oriente Medio y Suramérica.
En
esta nueva y vigente andanada de incrementos en los gastos militares se
menciona a principios de 2017, que China aumentará un 7% su gasto en este rubro;
que EE.UU. lo hará en un 10%; que Rusia lo subió un 6% en 2016 respecto de 2015;
siendo un 5,3% de su PBI; que con el resurgir de Rusia, países de Europa
aumentaron un 2,4% su gasto en 2016 respecto del año anterior. Uno de los
pocos, casi obligado por el bajo precio del petróleo, que bajó sus gastos en
2016 fue Arabia Saudita, quien sigue involucrada en el conflicto con Yemen.
Reviendo
los principales focos de conflicto bélicos, o potencialmente peligrosos,
tenemos actualmente: problemas en Siria; problemas con Corea del Norte;
problemas con algunos países de África del Norte; problemas por la anexión de
Crimea por Rusia; el surgimiento del grupo Estado Islámico en varios países de
Asia y su presencia en Europa; y los que luego de muchos años en el mundo no se
han solucionado o siguen sin importar demasiado, como algunos países del Islam
con Israel o viceversa, y los conflictos civiles armados en varios países de
África.
Sin
embargo, más allá de los números, que realmente impresionan, el gasto en
defensa o gasto militar va mucho más allá del estricto gasto en armamento o
personal militar. Significa enormes segmentos de la sociedad que sirven a dicha
causa con diversos bienes y servicios. Sólo para ejemplificar gastos en:
alimento, servicios sanitarios, diversos tipos de energía, instalaciones,
investigación y desarrollo, industria de metales y todos sus productos
relacionados, almacenamiento, transporte, etc., etc., etc.
Una
gran parte de la población se da cuenta, o se ha dado cuenta, que en momentos
bélicos, prebélicos, escalada de tensión o cuando se aceleran los gastos
militares, los flujos económicos se aceleran y con ello, muchas veces se
motoriza la economía. Esto no es nuevo. Se hizo en la Primera Guerra Mundial y
por esto se abandonó el patrón oro como base de emisión con reservas. La
activación económica es más rápida, porque (realidad o pretexto) la defensa de
los intereses de la nación necesita velocidad. Pero esto debe cesar. Deberíamos
como humanidad encontrar mejores formas de motorizar la economía, que los
gastos en defensa, armar el mundo para la violencia, no sean la excusa para
estar mejor económicamente.
Muchas
veces, también se ha escuchado o se ha leído que sí tal país dejara de fabricar
o comprar armamento se podría terminar con el hambre en el mundo o ayudar a
países extremadamente pobres. Esto hay que efectuarlo, pero no sin cambiar el
sistema global como he mencionado a los largo del libro. La sola inyección de
dinero sin verdaderos planes de desarrollo y sin planes para que el mundo y los
países aprendan a compartir, serviría solo momentáneamente. Sería un paliativo
temporal, pero cuando se hayan consumido los recursos inyectados esos países
retornarán a la situación inicial. Los planes tienen que ser integrales para
construir un nuevo planeta. Por otro lado, cambiar el sistema requiere también
que se planee muy cuidadosamente qué harán incontables segmentos e industrias
que hoy sirven al belicismo; esto no será fácil, los intereses en juego son
enormes.
Tampoco
podemos pensar que desanudar los numerosos focos de conflicto existentes en el
fundo es una tarea sencilla. ¿Qué hacer con el conflicto en Siria? ¿Con el de
Corea del Norte? ¿Con la lucha entre Israel y Palestina por los territorios que
cada uno se adjudica? ¿Con las facciones en permanente conflicto en varios
países de África? ¿Con el rezago económico y social que sufren varios países
del Islam, que engendra la semilla de movimientos como Estado Islámico?
Sumemos
a todo lo antedicho conflictos de otra naturaleza, como ser el incremento de
violencia interna por el narcotráfico, violencia interna por problemas sociales
y otros aspectos que conllevan al crecimiento de uso de armas o armamento; que
también alimentan, aunque sea en menor cuantía, los gastos relacionados con
seguridad o defensa.
Como
expusimos a lo largo de este escrito, convergen varias en este tema varias
cuestiones. Necesidades espirituales que, en caso de que se logren dejar atrás
los “estados de guerra” por lo cuales transitamos, podrían provocar la
aceleración de la evolución humana. Necesidades de abrir procesos de diálogo y
consenso para la búsqueda de soluciones reales a dichos conflictos, tema
complejo, pero inevitable. Necesidades de comenzar a imaginar cómo dar un nuevo
uso a la tremenda energía (efectuada por todas, todas las acciones relacionadas
con la defensa) que se utiliza para la seguridad/inseguridad mundial. Y hasta
necesidades de encontrar un nuevo rol financiero y económico a todo el flujo
que se destina a esto.
Mirando
esta materia mundial del lado que la queramos mirar, hay algo que sí está
claro. Los gobernantes y las personas más poderosas que intervienen en estos
asuntos deberán tener un cambio de actitud rotundo. La energía de las
maquinarias de guerra deberá ser apagada y ser canalizada hacia la creación del
nuevo mundo y mejor. Cuando esto sea logrado, habremos dado como humanidad un
paso importantísimo, para evolucionar hacia lo que la Jerarquía Espiritual
desea.