viernes, 26 de diciembre de 2014
TESLA y otros. La conciencia global y la lucha por el futuro
Actualmente, el mundo se encuentra dividido en aquellos que quieren construir un mundo mejor en base a la cooperación y cambio de reglas internacionales con ecuanimidad y aquellos que creen que estamos bien, quienes piensan que el mantenimiento de las estructuras de poder tal como están, o incluso otorgándole mayor poder a “la libertad de mercado”, nos conducirán hacia un futuro mejor. Estos últimos se equivocan, no porque no sean inteligentes, sino porque “las fuerzas del mercado” son algo incontrolable y dentro de ellas hay muchos que toman las decisiones pensando en los mejor para una empresa o para ellos, y esto es lo que en el largo plazo generará más consecuencias negativas de persistir el actual sistema. En el medio de estas 2 visiones, que cada vez se harán más palpables, ya que la humanidad se encamina hacia un punto decisorio, están también miles de millones de personas que sólo desean vivir bien o vivir mejor, colaborando desde su rol con la actividad del planeta, pero sin percibir esta dualidad enorme que nos cierne cada vez más a todos. Para que nadie piense que teorizo, antes de adentrarme en el núcleo de este artículo, trataré de definir más “las fuerzas del mercado” como aquellos grupos que hoy tienen posiciones dominantes en distintos segmentos de la economía mundial, de una región o de un país. Un ejemplo son las compañías petroleras, sólo a título ilustrativo, dentro de las 20 primeras compañías mundiales –lista de Fobers 2014- hay 5 compañías petroleras, y dentro de la economía de cada país las petroleras más grandes están dentro de las primeras 5 posiciones. Algo similar sucede con la influencia de los bancos, ya que hay 6 dentro de los primeros 20 en la lista de Forbes –en la última nota http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2014/10/cambios-en-el-sistema-financiero.html se explicó el papel del dinero y su influencia en el mundo moderno-. Tampoco, con esto quiero oponerme a la globalización, ni decir que las grandes compañías no deben existir, sino que lo fundamental es que, como expondré más adelante, prive en todas las decisiones el bien común de la humanidad. En este artículo quiero referirme a la conciencia global, a como existen actores (individuos o grupos) que luchan por un planeta para todos, donde los productos y servicios que hoy se producen puedan ser producidos de manera más eficiente, más barata y de forma accesible para todos. En estos años y bajo la gran contaminación que estamos viviendo, tendríamos que sumar como condición productiva que los productos y servicios no sean nocivos para el planeta. Estas 4 premisas definidas sintéticamente muchas veces van en contra del sistema actual. Sí nos referimos al término “conciencia”, éste significa el conocimiento de uno mismo, pero también en sus acepciones se encuentra el discernimiento entre el bien y el mal, inclinándose hacia el bien, es decir una cuestión moral podríamos decir. Al extender el término hacia “global” nos referimos entonces al conocimiento del planeta y al establecimiento de una comprensión mayor del bien y del mal, nuevamente inclinándose por el bien del planeta, en cuanto a las acciones o decisiones que se toman o se intentan. El mundo siempre ha estado plagado de mentes brillantes y mentes que han logrado poder, sin embargo nuestro mundo ha sido incontables veces forzado a detener su evolución por la codicia. Por otro lado, se encuentra la ceguera de los dirigentes mundiales, lo cual fue explicado en http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2013/05/la-ceguera-de-dirigentes-mundiales-y-el.html. Esta conjunción de factores, en general, provoca que ideas o inventos brillantes que permitirían a la humanidad un mejor acceso a ciertos recursos, un uso más eficiente o la protección o mejoramiento del planeta en términos ecológicos, no logren ser llevados a la práctica por ir en contra de intereses económicos muy poderosos, en donde el Estado/Gobierno (las personas que lo integran y deberían velar por el interés general y global) ha estado ausente o ha sido cómplice para que dichos inventos queden en la nada, ocultos o desprestigiados. Por qué menciono al Estado/Gobierno: sencillamente porque son las personas que lo integran quienes deberían favorecer, incentivar y generar las condiciones para que el futuro de la humanidad sea cada vez mejor, entendiéndose por tal cosa: con productos y servicios más sencillos, más baratos, más ecológico, más accesibles a todo el mundo. En este breve resumen de lo que para mí sería la conciencia global quisiera dar un par de ejemplos. El primer ejemplo se refiere a Nicola Tesla, este genio e inventor, quien se conoce por la creación de la corriente alterna, luego de recibirse de ingeniero por las últimas décadas del S. XIX fue desde Europa a EE.UU. con una carta de recomendación a ser entregada a Tomas Edison, quien inmediatamente lo contrató. Edison había creado General Electric, empresa que hoy en día continúa dentro de las 20 primeras compañías más grande del mundo y siendo la más antigua en el índice Dow Jones. Dentro de la gran magia de inventiva que rodeaba a estos 2 genios, entre ellos había una diferencia fundamental, a Edison le interesaba generar productos que tuvieran un mercado rentable y lo movía el afán de lucro, mientras que Tesla estaba convencido que en algún momento la electricidad estaría libremente y a poco costo al alcance de todos. Esta diferencia los separó. Tesla más tarde creó su propio laboratorio. Pero los monopolistas de energía tenían mucho poder y nadie quería cambios, los grandes bancos de la época (con J.P. Morgan a la cabeza) ya estaban metidos en el negocio de la electricidad (eran parte de la producción de cobre y de cables) y generar ganancias era la pieza clave para ellos, por lo tanto necesitaban obstaculizar todo lo que fuera en contra de esa premisa. Tesla siguió enfocándose en el desarrollo de la transmisión de energía gratuita por todo el mundo. En las montañas de Colarado Springs creó una torre de alta tensión para demostrar el transporte de energía sin cable y gratuito. Sin embargo, su proyecto fue obstaculizado por quienes lo financiaban, estando detrás de ellos algunos bancos. Finalmente, cuenta una historia quizás cierta o quizás teñida con algún matiz de fantasía, J.P. Morgan se encargó de que por falta de presupuesto la torre fuera derrumbada. Con esto no quiero decir que Tesla hubiera logrado su objetivo, sino que sus intentos eran boicoteados en vez de ser protegidos o alentados. A partir de allí y con una sociedad donde la obtención de ganancia era puntal en todo emprendimiento, las ideas de Tesla fueron denigradas y la vida fue volviéndose cada vez más cuesta arriba. Cuando Nikola Tesla fallece en 1943, el mismo día el FBI requisó todos sus materiales, cajas, cuadernos de notas… creándose el Informe Tesla y realizando registros en aquellos lugares donde Nikola Tesla pudiera tener anotaciones o referencias de sus inventos. Actualmente, una parte importante de su trabajo sigue bajo secreto de estado. El tiempo lo pinto como un soñador, un loco, un excéntrico. Sin embargo, sí la fuerza del bien común hubiera prevalecido –con esto me refería a un ejercicio correcto en apoyar desde el Gobierno/Estado-, Tesla habría salido adelante o sus magnánimos proyectos hubieran seguido siendo investigados, y hoy es probable que el mundo fuese muy distinto y más cercano al mundo mejor que gran parte de la humanidad desea. Sólo a efecto de mención, le sugiero al lector de este artículo que averigüe por Internet sobre la vida de Tesla y sus inventos (una gran parte logrados ya por el mundo) para entender mejor a lo que me refiero. Incluso, luego de la muerte de Tesla y Marconi (inventor de la radio), se reconoció legalmente que la radio fue un invento mayoritariamente del primero mencionado. El segundo ejemplo que quisiera brindar aquí se refiere a lo que le ha sucedido a quienes intentar generar un mundo mejor, tratando de reemplazar la matriz de petróleo que mueve el mundo. Como bien sabemos, gran parte del mundo está basado en una economía de petróleo y gas, particularmente utilizado para generar la energía de los motores de todo vehículo, maquinaria y transporte que se utiliza en el mundo, pero también altamente utilizado en la generación de energía térmica que utiliza cada país para producir una buena parte de la energía eléctrica que se consume en el mundo. En otras oportunidades he mencionado que desde comienzos del S. XX entramos en una economía de petróleo, pero que por falta de visión de los líderes mundiales (no culpo a las empresas por querer hacer negocios) no se han realizado los esfuerzos suficientes para que el mundo tenga una nueva matriz energética. Seguramente, entre las personas que menciono más adelante debe haber algunos soñadores y quizás también imprudentes, pero hoy (fines de 2014), cuando las crisis climáticas nos acucian, cuando la economía número 1 del mundo (EE.UU.) ha reconocido por primera vez en abril de 2014 que el hombre influye en el “calentamiento global”, hoy más que nunca es responsabilidad de todos buscar esa nueva matriz, más sana para el planeta. Algunas de las mentes brillantes que, tal vez, altruísticamente (quizás sólo intentaron ganar dinero) quieren reemplazar el uso de combustibles fósiles se encuentran con oscuros e insospechados poderes que se oponen a sus inventos, y fundamentalmente sin que nadie desde el Estado (insisto con esto porque es la única institución con capacidad de oponerse a las grandes corporaciones mundiales) los apoye o los proteja, sino que en muchos casos personas del Estado son cómplices, estimo por dinero, quizás sin saber que conspiran contra el mundo entero (aunque suene exagerado). Como bien sabemos el hidrógeno es un elemento presente en la naturaleza a través de varias formas, entre ellas el agua, por lo que varios investigadores con la intención de generar una nueva y altamente accesible fuente de energía han producido algunos modelos de motores o turbinas que utilizaban como combustible el agua, para finalmente por separación y conversión química utilizar el hidrógeno como fuente de energía. Imagínenos como sería un mundo en donde el combustible fuera gratis o casi gratis. Bueno, al parecer alguien o muchos también se lo imaginan, pero así como están los “buenos”, también parecen estar los “malos de la película Humanidad”, que no quieren que el futuro mejor acontezca. Veamos algunos ejemplos: Daniel Dingel, filipino, hizo funcionar sus coches con agua y viene efectuando pruebas desde la década del 70. En el año 2008 a la edad de 82 años fue sentenciado a 20 años de cárcel por no dar el uso correcto a USD 400.000 que había recibido para invertir en su proyecto. … Estamos hablando de USD 400.000, CUANDO SI FUNCIONA SE PODRÍA AHORRAR MILES DE MILLONES Y CUANDO VIENE HACIENDO PRUEBAS DESDE HACE MAS DE 20 AÑOS. Parece que hay algo raro. Stanley Meyer logró inventar y patentar una nueva fuente de energía haciendo andar con agua normal y corriente (la del grifo) cualquier vehículo, es decir, consiguió que un coche funcionara con agua en vez de con gasolina. Este señor hizo varias patentes y trabajó para la NASA. Fue elegido inventor del año en 1993. A los 57 años de edad, mientras comía en un restaurante con su familia, se levantó gritando que lo habían envenenado. Corrió hacia su coche pero cayó muerto antes de llegar. Un día antes habría firmado un contrato con el Ministerio de Defensa de Estados Unidos. Su hermano denunció tiempo después que tanto el vehículo, tipo buggy y su equipo experimental fueron robados de su casa. Su desarrollo quedó en el misterio, como el fin de su vida. Aunque de varios inventores este parece ser el que logró menor eficiencia, el español Antonio Estevez Varela, hizo funcionar su motocicleta con agua ante un notario y siguió investigando hasta su muerte. El tema no es su vida, sino que donó sus patentes a la oficina de patens de España, pero misteriosamente desaparecieron. En 1998, Paul Pantone, ingeniero norteamericano de 48 años, patentaba un artilugio que bautizó con el poco estimulante nombre de Procesador Multicarburantes GEET (Global Enviromental Energy Technology). La patente US005794601A1 consistía en un reactor instalado en un motor diésel que alteraba el sistema de admisión. Con él, los coches podrían funcionar con una mezcla de agua y de un hidrocarburo. Este invento por su parte modifica cualquier motor, desde un diesel a un motor jet, para utilizar entre un 20 y un 25 por ciento del combustible normal y el resto de cualquier soda o agua, lo que quiere decir que podía usar Coca Cola para usarla como combustible. Pero empresarios y funcionarios de Utah quisieron comprarle el invento en millones y millones de dólares por la patente, pero por supuesto como todo inventor no cedió a venderla. Luego de una batalla judicial y manejos oscuros, se lo llevó a la cárcel, para luego internarlo en psiquiátrico. Actualmente, se encuentra en Libertad, y poco se sabe de su invento, excepto que una empresa de Francia está tratando de reproducirlo. En 2007, John Kanzius anunció que la frecuencia de un radio transmisor también se podía utilizar para generar en una mezcla de hidrógeno y oxígeno disociado de agua salada, una fuente de energía, cuya llama alcanza 1.600° C. Pensó que sería una fuente inagotable de energía que podría usarse tanto en grandes cantidades, para producir electricidad en sumas convenientes y para fabricar motores de diferentes vehículos: automóviles, botes, etc. El combustible que usa el genial descubrimiento es sólo agua de mar o de la llave con una cantidad de sal. El sencillo procedimiento de la máquina de Kanzius genera suficiente calor para romper el vínculo químico de las moléculas del agua salada, desligando y quemando el hidrógeno. En su momento, el descubridor se unió a Charles Rutkowsi, director general de una empresa industrial en Milcreek, Pa, Estados Unidos, que hoy fabrica un pequeño generador de ondas de radio que sirve para desarrollar el invento y mover vehículos, en un cubículo realmente pequeño, tal vez más que un motor actual. John Kanzius falleció en extrañas circunstancias en abril de 2009. Para concluir, luego de exponer brevemente algunos casos que “al menos suenan como sospechosos”, imaginemos un mundo con otra matriz energética que no sea petróleo o gas, pero no imaginemos el final donde el planeta está limpio, imaginemos la transición: cientos de miles de empleos se perderían en la industria del petróleo y del gas; las grandes corporaciones perderían miles de miles de millones, algunas desaparecerían y otras se transformarían en algo que hoy no son; también habría cientos de miles de empleos vinculados que no serían necesarios (maquinaria pesada para extracción del petróleo o gas; toda la producción de tubos y metales para el transporte; la construcción de refinerías y su mantenimiento; las plantas termoeléctricas que utilizan el combustible para generar energía); la red de estaciones de servicios distribuidas a lo largo del mundo quizás no sean necesarias; etc., etc. En definitiva, un mundo más simple requeriría mucho menos empleo, no sólo en el segmento de la energía, sino en montones de segmentos que requieren ser modificados. Sumemos la tecnología creciente, y la robotización futura de importantes segmentos de la economía: se requerirá más capacitación, pero menos empleo. El tema es el siguiente, tal como está planteado actualmente el sistema socioeconómico imperante, existe la necesidad de producir y consumir para mantener la rueda de ingreso/consumo girando, esto es en una parte importante del sistema lo que sostiene el empleo de miles de millones de personas, y la ruega de ingreso/consumo gira y gira. Efectuar las modificaciones que cualquier individuo con conciencia global y altruista piensa es ir mucho más allá, incluso hasta modificaciones que el individuo/inventor no conoce. Este “futuro mundo mejor” por obvias razones sólo funcionará sí la humanidad acepta compartir los recursos y generar formas cooperativas de producción, de distribución y de consumo, en donde hay que lograr la rotación necesaria de personas para que exista un equilibrio entre el trabajo y ocio de todas las personas en el mundo, integrándose el sector de los servicios también al nuevo sistema a planear. Finalmente, la conciencia global requiere no sólo de visión de un mundo mejor, sino de la integración de las nuevas partes a un nuevo sistema, pero está en los individuos, en los gobiernos/estados pujar para que el cambio se efectúe en armonía, ya que estoy convencido de que el cambio se producirá, lo que tenemos que develar es sí tomará formas suaves o bruscas dentro de las distintas sociedades que conforman nuestro planeta.
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