A
lo largo de la historia de la humanidad han sido utilizados por los hombres
distintos sistemas económicos por los cuales regir la vida en sociedad, en el
aspecto de intercambio o acceso a bienes y servicios. A modo muy simplificado
podríamos hablar que la historia muestra el trueque como primer sistema
económico; luego, con el surgimiento de los imperios el aporte al rey o
emperador más trueque; posteriormente, dentro de estos y expandiéndose
fronteras afuera la moneda o los metales preciosos utilizados como medio de
imposición de valor; podemos hablar de feudalismo quizás; siempre dentro de
estos existía una suerte de comunismo, particularmente en las organizaciones tribales
o en pequeñas comunidades cerradas, aunque en la mayor parte, el más
beneficiado era el señor feudal; comienza a surgir ya unos pocos siglos atrás
el colonialismo y en algunos lugares suertes de terratenientes que dominaban
grandes dominios, luego el liberalismo económico con el surgimiento de la
industria; posteriormente comienza a insertarse en el mundo el sistema
financiero; sobre mediados del siglo XIX primeros atisbos de teorías
socialistas con Saint Simon; surgimiento del comunismo moderno –al cual
prefiero denominar estatismo centralizado-; nuevos socialismos; neoliberalismos
y siempre variantes en cuánto al desarrollo del sistema financiero dentro de
estos.
Asimismo,
actualmente podríamos aportar como una de las características del sistema
económico actual es la visión de propiedad privada o estatal. Privada para el
caso de las pertenencias de las personas, estatales para aquello en donde el
Estado Nacional, Provincia o Municipal tiene el control. Este pequeña
diferencia deja de lado la idea de la pertenencia colectiva de ciertas
propiedades, factor que por el momento no es tenido en cuenta por la sociedad
moderna, y que sí quisiéramos definirlo podríamos optar por propiedades
controladas por organizaciones no gubernamentales de distintos ámbitos y por el
Estado en alguno de sus niveles.
El
devenir económico del mundo ha generado algunas desviaciones e inequidades
respecto de la cantidad de recursos que cada persona dispone para su buen
vivir. La distribución de la riqueza global empeora década a década; la
cantidad de pobres aumenta; disminuye el acceso a coberturas de salud
aceptables o se vuelven más caras; la brecha tecnológica se amplía entre las
clases sociales y el mundo se contamina continuamente y en aumento; temas que
he tratado en varias notas del blog. Algo al respecto escribí en un artículo
anterior: http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2013/10/la-no-distribucion-de-la-riqueza-como_18.html
Sin
embargo, en la historia de la humanidad, quizás por incapacidad de acción, pero
más que nada por pensar en que es imposible, una propuesta sencilla ha sido
eludida muchas veces. Este esquive ha provocado que la humanidad se concentre
en el materialismo, se divida, se aleje de la senda evolutiva pretendida por la
divinidad y hasta pongamos en peligro nuestra propia existencia.
La
palabra eludida como sistema es: “Compartir”.
Poner
en práctica principios cooperativos en todo el mundo, en toda nación, y
fundamentalmente en y desde las naciones más poderosas del planeta es lo que
queda por hacer. El principio de “Compartir” responderá a nuestras necesidades actuales
como humanidad y resolverá muchos problemas, pues es fundamental al Plan de
Dios Mismo. Sin compartir, el hombre niega su divinidad y almacena para sí
mismo todas sus futuras aflicciones. Sin compartir, reina el caos atroz y
deniega al hombre la Justicia, que no es sólo el concepto de justicia legal o
justicia de la propiedad.
Dondequiera
que se mire y se hurgue se ven los resultados de nuestra incapacidad para
compartir. En todo el planeta, millones mueren de hambre. Miles de millones
sobreviven en la desesperanzadora pobreza, hasta algunos condenados a sufrir
desde el nacimiento hasta la muerte prematura.
Hay
que mencionar que hasta el momento ha habido muchos esfuerzos por establecer
cooperativas en varios ámbitos de la producción, muchos de ellos en segmentos
económicos rurales, pero gran parte de estos fueron dinamitados por los
miembros más influyentes de las cooperativas que quisieron inclinar la balanza
más a su favor que hacia el entorno en general. Esto no implica que los
sistemas cooperativos puedan mejorarse en el futuro. De hecho, la falta de
unidad y el individualismo de los miembros y de la sociedad en su conjunto es
la mayor limitante actual para poner en práctica mejores condiciones para
todos.
El
cambio sólo llegará cuando los hombres comprendamos las razones de nuestra
presencia sobre la Tierra; cuando nos demos cuenta de que somos parte de un
vasto experimento evolutivo cuyo propósito está oculto, pero no es inaccesible.
Ahora,
como comenzar a cambiar, si aún seguimos mirando cientos de espejismos. La
respuesta es una ayuda externa, una ayuda divina, un consejo superior, optar
por mayor sabiduría. Se acerca el momento por primera vez en 98.000 años en
donde la Jerarquía Espiritual que guía los designios del planeta se hará
presente; y comenzarán a transitar diariamente estos seres de luz en nuestras
vidas. Estamos cerca de que el momento más importante en la historia de la
humanidad acontezca. Todo se iniciará con lo que se conoce como el Día de la
Declaración. Las fichas de la humanidad se están acomodando, lentamente, pero
procediendo para el emerger en muy pocos años. El caos actual lentamente cederá
y el futuro brillante, que hoy parece lejano, comenzará a tejerse, lento, pero
con hilos firmes.
Respecto
del principio de compartir, desde mi punto de vista, quisiera aclarar que no
tiene que ver con:
- No es una acción
filantrópica de los más acaudalados del mundo.
- No es una acción
temporal de un grupo de personas, países, regiones u organizaciones para donar
o mejorar temporariamente la vida de quienes menos poseen.
- No es una acción caritativa
de pocos o de muchos que tienen algo pero no tanto y que deciden dedicar parte
de su patrimonio o de su tiempo en acciones benéficas.
- No es el equivalente
a comunismo desde el punto de vista de control estatal.
- No es centralización
de las decisiones, aunque sí debería haber cierta programación global de los
recursos que pueden aportarse al sistema del mundo en su conjunto.
- No es arrebatar
propiedades a quienes más tienen.
- No es castigar a
quienes más tienen.
Y,
desde mi punto de vista, tendría que ver con:
- Implementar políticas
globales en donde todos los países tenga similar legislación laboral y
previsional.
- Generar un sistema
que permita incorporar al sistema laboral a aproximadamente 25% de la población
del mundo. Esto sólo se logra si todos deciden aceptar el sistema y otorgar,
por ejemplo, más vacaciones a sus empleados para que disfruten el tiempo libre.
Incluso los cuentapropistas tomarán empleados.
- Cada nación deberá
hacer un inventario de lo que produce o puede producir para que sea conocido el
‘pastel’ del mundo: lo que necesitamos, lo que creamos, lo que necesitamos
importar. Cada nación deberá aportar en “confianza” a un fondo común todo lo
que tenga en exceso de sus necesidades, y de ese fondo común se satisfarán las
necesidades de todos. Al comienzo la confianza es clave, por varios años el
auxilio a quienes más necesitan, principalmente alimentos, atención sanitaria y
vivienda digna, será prioridad, pero sólo sí se confía en que todos cooperarán
para que el comienzo del funcionamiento correcto del nuevo sistema sea rápido.
- Que las empresas
pasen a ser en parte propiedad cooperativa de sus trabajadores. De nuevo, sino
se implementa a nivel mundial con el apoyo de los más poderosos es imposible.
- Efectuar una reforma
financiera a nivel global en donde se converja a un sistema similar en todo el
mundo y se quite poder a los bancos, ya que hoy ellos presionan por la rentabilidad
propia, muchas veces con fondos de sus ahorristas. Esta reforma debe incluir la
revisión de los parámetros de emisión de dinero bancario.
- Establecer un sistema
común o similar en todos los países en donde ciertos alimentos sean bienes comunes
o se garantice un acceso a los mismos para toda la población; esto con el fin
de erradicar el hambre del mundo.
- Generar un sistema de
intercambio de bienes a nivel mundial.
- Tender a establecer
gobiernos nacionales de menores tamaños, pero gobiernos regionales con mayor
poder y autonomía, de modo de descentralizar las decisiones. Sin embargo, esto
genera el peligro de que las regiones más ricas no colaboren con el desarrollo
de las más pobres. Uno de los pilares fundamentales es realizar una reforma
política en donde se establezca en cada lugar, lo que denomino “Consejo de
Sabios y Probos”, en donde para estos exista una permanente revisión moral de
sus cargos, pero sean de mayor estabilidad.
- Establecer
organizaciones no gubernamentales de diversos sectores productivos o sociales
que sean democráticas hacia adentro y que participen con poder en la toma de
decisiones de los presupuestos regionales.
- Efectuar una
reestructuración de los más grandes organismos internacionales: ONU, FMI, Banco
Mundial para que se logre un equilibrio de poderes globales a los efectos de
que las decisiones sean conjuntas y no de los países más poderosos. Generar un
organismo de desarrollo internacional con un fondo que entregue dinero y no que
lo preste.
- Efectuar una política
de desarme global para que dejen de producirse armas y se deje de otorgar poder
a los grupos que las producen.
- Tender a efectuar inventarios
regionales de las posibilidades de producción para que a través de un gran
sistema manejado desde naciones unidas se eviten distorsiones en la
distribución de los recursos.
- Efectuar planes
supranacionales para generar un cambio de paradigma que permita reemplazar el
petróleo, el gas y el carbón como generadores de energía. Que dentro de ese
plan se tenga en cuenta la lucha que habrá que dar contra el lobby de las
grandes petroleras. Asegurar que las nuevas formas de generación de energía
sean baratas, ecológicas e inagotables.
- Efectuar un plan
supranacional para atacar los problemas más urgentes de ciertas naciones:
acabar con el hambre, lo que sólo se logrará sí varios bienes alimenticios
dejan de ser comercializados como commoditties; generar planes de largo plazo
para erradicar la infravivienda.
- Efectuar una reforma
en el turismo global de manera que muchos “excluidos del sistema de vacaciones”
puedan disfrutar algo de la vida. Esto sólo se logrará sí se realiza la reforma
laboral antes mencionada.
- Generar las reformas
necesarias para que se asegure a las personas mayores la disponibilidad de
bienes y servicios que les permiten vivir dignamente sus últimos años de vida.
Esto supone un cambio fundamental en muchas estructuras, ya que en gran parte de
las sociedades, las personas mayores son vistas como una carga económica que
tienen que soportar las generaciones más jóvenes. Esta es otra arista a
reconocer mundialmente, ya que sí una nación adopta una postura a favor de los
mayores, y otras no, esto generará problemas en los llamados costos de la
seguridad social, produciendo asimetrías entre países. Entonces, la reforma
también debe ser global.
Pese,
a todo lo bueno que uno puede hablar y que para muchos lectores sólo sea una
serie de declaraciones demagógicas de deseos; la primera entre estas decisiones
que la humanidad debe tomar es: tener la buena disposición para compartir.
Históricamente,
no existe precedente para la actual situación y condiciones en La Tierra. Nunca
antes han coexistido tantas almas en el planeta. Rara vez, o nunca, las
divisiones entre los grupos han sido tan dolorosas y profundas. Nunca antes la
humanidad ha puesto en peligro el planeta por la gran contaminación de
múltiples formas que generamos. Nunca antes el hombre ha controlado fuerzas de
destrucción como las que actualmente se encuentran a su disposición a través de
las distintas clases de armas que se producen.
Hasta
ahora, todos los esfuerzos para resolver los problemas del hombre se han
dirigido hacia el mantenimiento de las estructuras actuales, sólo han sido
reformas superficiales y se han mantenido las desiguales estructuras de poder.
El temor al cambio domina a muchos hoy al escuchar las disputas de sus líderes
y entre pueblos.
Hoy,
los líderes de las naciones luchan contra acontecimientos fuera de control.
Fuerzas de las que nada saben, les empujan a respuestas inesperadas y a menudo
histéricas. Huyendo del caos al caos, conducidos por su propio dogma. Los
líderes mundiales antes las crisis no quieren cambiar el paradigma mundial,
quizás signados por los grandes grupos de poder: los líderes mundiales tienen
una gran ceguera al respecto.
La
humanidad comenzará a recapacitar cuando se produzca el emerger público, el
primer paso será el “Día de la Declaración” que presentará el Cristo, luego se
dará el emerger gradual de varios maestros de sabiduría. http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2012/08/la-ayuda-de-maitreya-esta-muy-cerca.html;
http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2013/07/una-sintesis-de-la-aparicion-de.html
Es
factible que alrededor de un tercio responda casi de inmediato, que un tercio
dude, tardando algunos años en responder a las nuevas propuestas para la
implementación de un sistema basado en compartir los recursos. Quizás, con el
otro tercio o menos se dará una gran contienda ideológica, que sólo será
superada por la presión de las masas para compartir, el problema aquí reside
que dentro de este tercio se ubican quienes más poder tienen, también grandes
medios de comunicación, que no son malos ni buenos, pero cuyos accionistas en
general pertenecen a los miembros más poderosos de la sociedad mundial, siendo
tal vez muchos de ellos reticentes al cambio. A quienes no estén de acuerdo
habrá que superarlos con propuestas de paz y estando seguros que la presencia
de los Maestros de Sabiduría con sus consejos nos llevarán a un mundo mejor.
En
la primera etapa, la redistribución será la nota clave, poniendo cada nación a
disposición de un gran fondo común sus excedentes en diversas índoles (esto
conllevará el acuerdo de que naciones producirán que cosa y en qué bienes se
dejará de competir). La confusión estará presente, porque habrá que decidir que
muchos productos no se fabricarán para hacer otros más importantes para el
sistema mundial. Esto demorará quizás un par de décadas, pero se superará.
El futuro más mediato debe
basarse en una economía sostenible, en donde se provea las necesidades de todos
dentro de las posibilidades de salud del planeta. Esto lleva a revisar una
infinidad de sectores productivos en donde se producen 2 factores, son
contaminantes del ambiente, son sobreproductores respecto de la explotación de
los recursos planetarios.
Un
párrafo adicional merece la cuestión energética, ya que el mundo necesita más y
más energía para seguir mejorando. Actualmente, se ha reinventado la matriz con
shale gas y shale oil, también existe otro auge en el uso del carbón; aunque se
invierte en energías verdes, éstas tradicionales siguen creciendo. Como
observamos, la estructura de poder no varía, sino que se intensifica, y con
ello el planeta se contamina cada vez más. Entonces, qué es lo que tiene que
surgir: en el corto plazo la fusión en frío (http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2014/02/la-necesidad-de-un-nuevo-paradigma_13.html) que dará lugar a
bajas notables en el costo de la energía; en el largo plazo los maestros de
sabiduría hablan de “la tecnología de la luz”. Esto último es una nueva etapa
en el estudio de la energía solar, que llegará a transformar totalmente la
situación para la humanidad, y dará una energía ilimitada. Esto transformará totalmente
el tema de la oferta y la demanda, y en consecuencia será la fase inicial del
cambio definitivo.
Posteriormente,
seguirá la etapa de emancipación de la humanidad de la monotonía del trabajo
innecesario. Gradualmente las máquinas asumirán las tareas de fabricación.
Todos los artefactos de nuestras vidas diarias serán algún día creados de esta
manera. Esto conducirá a una autosuficiencia actualmente impensable: millones
de máquinas liberarán al hombre para la exploración de su propia naturaleza
interior y garantizarán su progreso hacia la divinidad. El futuro será
brillante, pero debemos llamarlo y enfrentar las dificultades. “Parece mágico,
pero llegaremos a esto sí la humanidad decide compartir”.
Los maestros ascendidos
vienen a brindar su consejo abiertamente, y es la humanidad quien debe
aceptarlos para que no se infrinja el libre albedrío. La decisión es
fundamental para el futuro de todos nosotros. El compartir es un principio
divino, y hasta que reconozcamos que todas las estructuras deben reflejar esa
divinidad interior, no daremos un paso más en nuestro viaje evolutivo.
¿Por qué millones de
personas no comparten ahora? Porque las personas no tienen esa conciencia
despierta espiritual interna. Porque los líderes mundiales están ciegos ante el
cambio y los más poderosos requieren del estatus quo actual, mientras que las
masas no saben que esto se puede realizar, no se les pasa por la cabeza.
Tenemos libre albedrío, podemos escoger compartir o no. Si decidimos seguir el consejo de los Maestros de Sabiduría y del Cristo (tanto si sabemos que es Su consejo como si no es inmaterial) el recorrido hacia algo mejor y más fácil (me refiero a un sistema de vida menos complejo para todos) será más corto. Sin embargo, si decidimos que no deseamos compartir, si no hay suficientes personas que desean el cambio, el compartir y la justicia, entonces comenzaremos a transitar una senda que nos puede llevar a la autodestrucción como planeta, en 15, 30, 50, 100 o más años, no importa el tiempo, sino el destino en el final del camino.
Fundamental para toda
la transformación de la humanidad es la aceptación del principio de compartir.
De ello depende la justicia, y de la justicia depende la paz del mundo. Aunque
parezca extraño, ese paso tan importante de compartir es lo más fácil de
alcanzar: una cierta unidad de pensamiento y de acción. Con la aceptación del
principio de compartir todos los demás problemas serán más fáciles de
solventar. El futuro se acerca, pero hay que tomar la decisión de llegar
nosotros a él y tomarlo para nuestro bienestar.
Tenemos libre albedrío, podemos escoger compartir o no. Si decidimos seguir el consejo de los Maestros de Sabiduría y del Cristo (tanto si sabemos que es Su consejo como si no es inmaterial) el recorrido hacia algo mejor y más fácil (me refiero a un sistema de vida menos complejo para todos) será más corto. Sin embargo, si decidimos que no deseamos compartir, si no hay suficientes personas que desean el cambio, el compartir y la justicia, entonces comenzaremos a transitar una senda que nos puede llevar a la autodestrucción como planeta, en 15, 30, 50, 100 o más años, no importa el tiempo, sino el destino en el final del camino.