La idea de esta nota es plantear
algún tipo de organización, organismo mundial y/o metodología para llevar a
cabo las inversiones necesarias, dentro de un sistema basado en compartir los
recursos, que permitan comenzara a
equiparar la situación de infraestructura entre países subdesarrollados y en
desarrollo con la de los países desarrollados.
Sabemos que la instauración de un
sistema económico basado en compartir los recursos será paulatina; sin embargo,
debemos pensar la forma que pueden tomar algunas instituciones en la gran
transición y hasta que el sistema esté completamente aceptado e instaurado.
Una de las instituciones que
podría ser creada dentro de las Naciones Unidas estaría relacionada con la
canalización de fondos hacia inversiones de 2 tipos: (i) en infraestructura que
agilicen el sistema de intercambio mundial y (ii) en desarrollo humano básico y
esencial. A esta institución podríamos denominarla “Consejo Mundial para el
Desarrollo y la Equidad”.
Crear una institución como esta
se realiza pensando en lo resaltado en el primer párrafo para lo cual, tenemos
que desarrollar cómo se constituirá, cómo se financiará y cómo se tomarán las
decisiones.
Respecto a cómo se constituirá,
pueden existir varias ponderaciones. Una sería hacerlo por zona geográfica,
dividiendo al mundo en no más de 20 secciones, para hacerlo de manera ágil y
tratando de no comprometer a países en una puja política por lograr tal
cometido. Otra manera sería hacerlo dividiendo el mundo por cantidad de
población, pero nos toparíamos con que los países más poblados tendrían mayor
número de miembros; lo cual en un mundo basado en compartir los recursos se
debería tender a estabilizar la población de acuerdo a las posibilidades geográficas
de cada país para poder convivir con el sistema (es decir, en el futuro, países
que actualmente tienen poca población quizás deben recibir inmigración de otros
países para equilibrar la misma). Otra manera sería hacerlo por país, pero como
dijimos llevaría a una mayor puja política dentro de la organización.
Posteriormente, como autoridad superior, debería existir un comité rotativo
integrado por no más de 5 personas que tengan probado honorabilidad hacia la
correcta distribución de los recursos.
En el desarrollo de cómo se
financiará deberíamos destacar que no se trata de un financiamiento que tenga
que ser devuelto, ni que al país donde lleguen los fondos o créditos se le
cobre intereses, ya que el fin es lograr un desarrollo permanente ateniendo a
algunos objetivos precisos que coadyuven a agilizar el movimiento de recursos o
a mejorar graves situaciones sociales. Al explorar las formas en que se puede
otorgar créditos o fondos a este organismo, nos encontramos que debería
incluirse dentro de la misma algún concepto relacionado con compartir, es
decir, podría aplicarse a flujos de mercaderías extras, créditos por encima de
lo recibido del sistema y originados en un mayor aporte o fondos originados en
superávit.
Por ejemplo, una relación que
podría darse al comienzo del sistema es aportar un 5% de fondos o créditos en
base al superávit anual de la balanza de capitales medida por la balanza
comercial más giro de utilidades de empresas, sin tener en cuenta los fondos
financiar a los gobiernos. Dichos fondos o créditos son los que utilizaría el
Consejo Mundial para el Desarrollo y la Equidad.
Otra forma, sería en base a la
contaminación producida por cada país relacionada con la cantidad de habitantes
del mismo y determinando ciertos coeficientes, por lo cual dicho país tendría
que entregar una cantidad de fondos o créditos al Consejo Mundial.
Otra forma, y sabiendo que el
sistema de compartir está basado en hacer llegar la cantidad de bienes y
servicios necesarios para lograr un aceptable estatus de vida, sería en función
de una medición del estatus de vida actual de cada país o región; en donde los
más desarrollados aportarían créditos o fondos hacia los menos desarrollados,
en base a ciertos parámetros como ser la cantidad de territorio o la cantidad de
población.
Refiriéndome ahora a los proyectos que trataría
este organismo, estos proyectos debieran ser derivados desde algún organismo
regional que efectúe un primer filtro, para dar prioridad a los que más se
ajusten a los criterios del bien mundial o eventualmente a cubrir urgentes
necesidades de cierta comunidad, región, etc. Este segundo organismo, al cual
podríamos denominar “Consejo Regional para el Desarrollo y Equidad, debería cumplir
una función regional dentro de los distintos bloques económicos o uniones
aduaneras que existen en el mundo, y en la región del planeta que no hay bloque
o unión habría que conformarla. Entonces, cada país elevaría a este organismo
sus proyectos con las premisas antes marcadas, objetivos, recursos necesarios,
proyecciones de plazo y beneficios que acarreará la realización. Cada país
debería nombrar 1 o más representantes para integrar este consejo atendiendo,
las personas que sean nombradas, al criterio de instauración de un sistema
económico y social de compartir los recursos (aclaro esto para no confundir con
el criterio empresario de inversión-beneficio), siendo lo ideal un comité
técnico y otro político. Finalmente, al Consejo Regional, los proyectos
debieran ser enviados desde un Consejo Nacional para el Desarrollo y la
Equidad, que actuaría a manera local y qué podría integrarse de varias formas,
siempre con los mismos objetivos, pero según los criterios que adopte cada país
en relación al sistema global.